La aventura by Danielle Steel

autor:Danielle Steel [Steel, Danielle]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2021-03-02T00:00:00+00:00

* * *

—Estás increíble —dijo Nicolas, desde la puerta del dormitorio de la casa de alquiler en Ramatuelle.

Era lujosa y de estilo tropical, con bonitos jardines y una enorme piscina. Pascale llevaba puesto el vestido de encaje blanco que se había comprado para la entrevista. La barriga se le notaba claramente. Debajo llevaba la braguita del bikini, pero no la parte de arriba. Tenía los pechos enormes y turgentes debido al embarazo, en contraste con sus delgados brazos y piernas. Estaba más guapa que nunca, con el rostro enmarcado por sus largos rizos rubio platino como un halo, y el resto del pelo recogido en la coronilla. La tripa del embarazo le confería un aire más femenino, menos juvenil y, al extender sus largas piernas en un diván bajo una gran sombrilla junto a la piscina, estaba tan sexy como él decía; definitivamente nada que ver con una madona. Un camarero ataviado con una almidonada chaqueta blanca, incluido en el servicio de la casa, le sirvió un vaso de tubo de limonada. Lo que Nicolas ignoraba era que llevaba un chorrito de ginebra.

Él iba en pantalón corto, con sandalias de Hermès y una camisa de lino blanca. Parecían un anuncio de esos de propietarios de barcos o de gente con muchísimo dinero. A simple vista lo tenían todo. Nicolas se encontraba menos nervioso que a su llegada el día anterior; se había tranquilizado. Pascale había notado su malhumor nada más verlo, lo había seducido para llevárselo a la cama y lo había animado considerablemente. Nicolas comentó que ella tenía poderes mágicos sobre él; lo hechizaba.

Minutos después de que Pascale se acomodara en el diván, el encargado de la casa hizo su entrada acompañado de dos personas, una mujer menuda en vaqueros y camiseta, con el pelo oscuro recogido en una trenza que le caía por la espalda y una libreta grande en la mano, junto a un hombre que también iba en vaqueros, pero con una camisa bordada mexicana. Eran la redactora y el fotógrafo encargados del artículo. Eran jóvenes y parecían algo deslumbrados ante el derroche de lujo y belleza, y dos personas tan famosas. El escritor se levantó y les estrechó la mano, pero Pascale permaneció recostada con tal de no estropear su look. Llevaba puestas unas sandalias blancas de tacón alto, atadas hasta las rodillas que también eran muy sexis. Era tan atractiva y sensual que a uno casi se le pasaba por alto su embarazo. Aún no estaba preparada para ser el paradigma de la maternidad. A su lado, en el suelo, había un bolso Birkin de Hermès que le había comprado Nicolas.

En cuanto llegaron, Nicolas les preguntó si habían almorzado y les transmitió su ofrecimiento. Habían comido en el Gorilla Bar de Saint-Tropez y no tenían apetito, pero ambos aceptaron un vino. El fotógrafo se puso a colocar sus cámaras. Entretanto, Barbara Jaffe, la redactora enviada desde Nueva York, tomó asiento y comenzó a conversar con ellos distendidamente. Pascale se metió en su papel de estrella, cosa que a Nicolas no le importó, pues estaba en su salsa y así acaparaba la atención.

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