La abuela pirata by Assumpta Mercader

La abuela pirata by Assumpta Mercader

autor:Assumpta Mercader
La lengua: spa
Format: epub
editor: Editorial el Pirata


Por suerte, el capitán no se ha dado cuenta de nada. Las cosas le van bien y ha bajado un poco la guardia. Además, ha estado demasiado ocupado calculando la ruta y pensando en los próximos pasos que había que seguir. De momento, ya ha decidido que pedirá a Baldemora que lo ayude a embaucar a los peces simonetes. Teniendo el peine, la sirena no se podrá negar y así podrá convencerlos de que le den la botella sorbedora que necesita. Estos días, Bogavante está contento y se pasea por cubierta silbando canciones marineras mientras marca el ritmo con la pata de palo. Sus hombres lo miran encantados. Saben que, si su jefe es feliz, no los molesta demasiado y los deja vivir tranquilos.

También han sido unos días buenos para Baldemora: ha aprovechado los largos ratos de navegación para salir a nadar y ha podido hacer una visita a su mascota, el pez mular Bartolomé, que sigue remolcando el Tiburón Negro sin ningún esfuerzo. De vez en cuando, Bogavante la deja ir a darse una vuelta. Sabe que la sirena necesita salir de la estrechez del barril para estirar la cola. Al fin y al cabo, mientras él tenga el peine, no podrá escapársele.

Cuando la sirena se lanza al agua, Ulises observa maravillado la rapidez con la que nada. Da vueltas al barco y a continuación se sumerge y se aleja utilizando su cola plateada. Cuando vuelve, saltando por encima de las olas, parece talmente un delfín. El niño piensa que el día que puedan escaparse, Baldemora lo llevará a su casa en un periquete.

Lo mejor son las noches, cuando los dejan solos en la bodega y pueden hablar de sus cosas sin que los piratas los molesten. Los dos prisioneros se han hecho muy amigos y disfrutan contándose sus peripecias del día o comentando sus planes. Saben que el capitán jamás suelta el peine y que será muy difícil conseguirlo, pero no pierden la esperanza de que, tarde o temprano, Bogavante cometa algún error.

La noche de la llegada a la Laguna de Coral, después de cenar, Ulises, que está muy intrigado y tiene ganas de saber cómo son los peces simonetes, se lo pregunta a Baldemora. La sirena, que es una buena conocedora de los secretos del mar, se lo explica con todo lujo de detalles.

—Es una larga historia. Una vez, unos marineros se encontraron una isla abandonada, muy grande y soleada, y se establecieron en ella. Allí fundaron un pueblo, que fue creciendo muy deprisa. Cuando ya hacía cien años que se habían establecido allí, el suelo comenzó a agitarse y a derribar todas las casas. Llegó un momento en que se movía tan, tan fuerte, que de una sacudida la isla acabó quedando completamente cabeza abajo.

—¿Y qué les pasó a los que vivían allí? —pregunta Ulises, alarmado.

—Todos los habitantes cayeron al mar, tuvieron que nadar mucho para poder salvarse y, como resultado, se convirtieron en una especie de seres que no son ni peces ni personas, pero que tienen un poquito de cada.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.