Guerreros de Alavna by N. M. Browne

autor:N. M. Browne [Browne, N. M.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Juvenil
editor: ePubLibre
publicado: 1999-12-31T16:00:00+00:00

XVI

Política

* * *

Llegada la noche, la noticia de la muerte del Rey Donicca ya era conocida por todos. Los guerreros hablaban de él con cariño. Huw y otros hombres discrepaban y pensaban que el que hubiera decidido ser esclavo de la influencia de los Cuervos era perverso y poco viril. Por el contrario, afirmaban ostentosamente que preferirían cortarse el pescuezo antes que limpiarle el culo al enemigo. Prys habló en defensa del difunto rey. Sus palabras, y no las de Huw, se ganaron la confianza de Úrsula, a quien le pareció más bien desleal la descortesía con la que Huw había hablado del hermano de su padre. Prys fue muy claro y dijo:

—Huw, no te mereces ni un pedazo de las uñas de los pies de ese hombre. Sabía perfectamente que podía perjudicar mucho más al enemigo estando con vida y en territorio enemigo que muerto y en alguna solitaria montaña. ¿Cómo crees que Macsen ha logrado mantener alejada a la legión de Craigwen todo este tiempo? El viejo rey tenía varios trucos en la manga y puedes apostar que muchos de ellos se los enseñó a Macsen.

A pesar del insulto, Huw no intentó atacar a Prys. A Úrsula le había parecido excesivo el que le hubiera culpado por aquella apreciación. Prys tenía la apariencia de un oso y luchaba como tal. Los demás observaron cautelosos la situación y sacaron sus propias conclusiones. Prys debía estar muy seguro de que Huw no sería elegido Rey para hablar de él con tanta indiferencia. O eso, o no le preocupaba. Úrsula supuso que sería lo segundo, puesto que Prys era uno de los hombres de Macsen. Todo lo que concernía a la elección del nuevo rey eran meras especulaciones, aunque algunas esperanzas estaban puestas en Huw como el nuevo heredero.

Los preparativos para la nueva celebración ya estaban en marcha. Representantes de todas las tribus involucradas en el intento de Macsen por crear una alianza de pueblos vendrían a escuchar la decisión de la Reina Usca, la venerable abuela de Macsen. Se había refugiado en Irlanda con las demás mujeres, y el Rey Cadal pensaba traerla de vuelta a Craigwen cuando regresara Macsen. De ese modo, Cadal podría deliberar las tácticas con Macsen y tomar la esposa que le había prometido, Rhonwen. Los hombres afirmaban que cabía la posibilidad de celebrar una coronación y una boda al mismo tiempo. Lo decían con toda naturalidad y Úrsula vaticinó que sería porque ninguno estaba seguro de que hubiera Combrogi suficientes como para celebrar ese tipo de ceremonias la próxima primavera. Aquellos hombres sentían que el fin de su mundo estaba cerca y les obsesionaba la eventualidad de una posible derrota. Úrsula podía sentirlo; no era exactamente miedo, era algo más profundo. Todos ellos lucharían hasta derramar la última gota de sangre de sus venas para salvar su mundo, para salvaguardar la continuidad de los Combrogi, pero todos ellos sabían que quizás aquello no fuera suficiente.

De repente, Úrsula se preguntó qué pasaría si Huw salía elegido rey.

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