Gregario by Charly Wegelius

Gregario by Charly Wegelius

autor:Charly Wegelius [Wegelius, Charly]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Memorias, Deportes y juegos
editor: ePubLibre
publicado: 2012-12-31T16:00:00+00:00


«Bienvenidos a la 97.ª edición del Giro de Lombardía, con 249 kilómetros de recorrido… El inicio de la carrera ha sido a las 9:35… Han tomado la salida 190 corredores… Solo ha habido una baja: Charles Wegelius, De Nardi…»

Fue como oír la noticia de mi propia muerte en la radio. Me hundí en el asiento. Quería creer que hablaban de otra persona. Quería cerrar los ojos y escuchar solo el murmullo del motor de la furgoneta mientras subíamos las colinas que rodeaban Como. Cuando intenté forzar el oído para oír solo el traqueteo metálico, escuché de nuevo mi nombre, en boca del público, y el sonido de mi nombre escrito con lápiz en las libretas de los periodistas. Parecía que todo el mundo pronunciaba mi nombre con un deje de sorpresa y decepción: ¿Wegelius? Cerré los ojos con fuerza para intentar contener las lágrimas, pero lo único que vi fueron las cejas enarcadas y los gestos de indignación con la cabeza. Me sentía como si me hubiera visto arrastrado a lo desconocido. Sentía náuseas.

Entonces, mientras intentaba sacudirme del estado de shock, me di cuenta, más horrorizado aún, de que el mundo empezaba a ser consciente de lo sucedido. A medida que los periodistas se enteraban de los resultados, comenzaron a buscarme. Stephen Farrand, corresponsal en Italia de Cycling Weekly, me persiguió durante toda la mañana. El conocimiento que tenía Pellicioli de los callejones de Como me había servido para eludirlo al principio, pero me había visto abandonar la carrera y ahora seguía a la furgoneta y me llamaba desde el coche que teníamos detrás. Hacía tiempo que conocía a Steve, y siempre hablaba con él cuando me llamaba, pero esta vez fui incapaz de responder. Miré la pantalla del móvil y lo dejé sonar.

No quería hablar con un periodista, no sabía qué decir, y tampoco quería verme arrastrado a un debate moral sobre el dopaje. No tenía ningún interés en maldecir a los que se dopaban. Exciclistas y periodistas hablaban de la omertà que existía en el mundo del ciclismo, como si fuera una de esas historias de la mafia en las que podías encontrarte una cabeza de caballo en tu cama. Pero no tenía nada que ver con eso: el dopaje era pura rutina, algo bastante aburrido que la gente del mundo del ciclismo describía como «ponerte los calcetines por la mañana al vestirte». La idea de la omertà, de un acto al que la gente juraba lealtad, como una especie de código de magos, era una chorrada. A mí nunca me preocupó que pudieran acabar empujándome por un barranco si hablaba del tema. No era nada amenazador o siniestro, simplemente era más fácil tener la actitud que tenía yo. Un ciclista como yo no hablaba de cosas que no «molaban». Uno no se dedicaba a hablar del dopaje del mismo modo en que en una discoteca no te ponías a sermonear a tus compañeros sobre la infidelidad. Tú puedes ser fiel a tu mujer, pero habrá muchos amigos tuyos que no lo son.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.