Fin de semana en Nueva York by Josep Pla

autor:Josep Pla [Pla, Josep]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Viajes
editor: ePubLibre
publicado: 1954-01-01T00:00:00+00:00

El campo de aviación de Nueva York:

La Guardia Fields

Mi estimado y viejo amigo Josep Sagrera, de Palafrugell, al volver de su último viaje a California, me habló mucho de las fantásticas obras públicas que vio allí, relacionadas sobre todo con el impresionante crecimiento de Los Ángeles, que es la ciudad de los Estados Unidos que en estos momentos presenta una expansión mayor y más rápida.

No creo que llegue a ir nunca a Los Ángeles: en este viaje, mi vuelo es muy corto porque no podré pasar de la ciudad de Nueva York ni de ver un poco del paisaje del estado de Nueva Jersey, como máximo. Y así, pregunté si en esta área había, en este sector de cosas, algo comparable, y me propusieron ir a La Guardia Fields, es decir, al campo de aviación de la ciudad, cosa que acepté y llevé a cabo fácilmente.

El campo de aviación de Nueva York, que estuvo primero en Nueva Jersey, en los alrededores de la importante ciudad industrial de Newark, está situado hoy en el borough de Queens, exactamente al norte de esta aglomeración, que es una de las cinco que constituyen Nueva York City. Queens, unido a Brooklyn, separado de Manhattan y el Bronx por el East River, es un barrio esencialmente residencial. Sin embargo, ha crecido tan rápido que hoy presenta un aspecto muy entremezclado de lo antiguo y lo nuevo, con grandes extensiones de garden houses, casas rodeadas de jardines más o menos espaciosos y estructuras modernas, aunque poco elevadas. Queens es esencialmente un barrio residencial mesocrático. A veces es algo monótono y poco atractivo; otras es just charming. A Brooklyn y a Queens los han llamado «el dormitorio de Manhattan», es decir, dormitorio de la gente que trabaja en Manhattan. De todas maneras, tanto Brooklyn como Queens se encuentran en plena expansión industrial y, sin perder su característica básica residencial, los planes de desarrollo que se llevan a cabo son de gran importancia. Hasta hace pocos años no se podía llegar sin automóvil. Ahora hay tantas comunicaciones en común a través de puentes, subways y túneles para coches que el acceso es muy fácil.

¿Hay alguien que pueda tener en la cabeza el sistema de comunicaciones entre los boroughs de Nueva York City? No lo sé. En cualquier caso, es una organización impresionante. Para el acceso a Manhattan hay todos los sistemas que se han inventado para pasar un río sin mojarse, desde el arcaico ferryboat, los grandes puentes, las líneas de subway e innumerables vaporcitos hasta el último invento: los túneles con pista subacuática para coches. Dos túneles para coches, que son dos admirables obras de ingeniería, atraviesan el Hudson: el Lincoln Tunnel y el Holland Tunnel. El primero conecta el estado de Nueva Jersey con Manhattan a la altura de la calle 39; el segundo empalma a través de Greenwich Village. Ambos unen los dos estados vecinos y se han tenido que construir porque anteriormente no existía más comunicación (aparte del subway) que el puente de George Washington y la comunicación en automóvil era insuficiente, a pesar de su grandiosidad.

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