Esbirros by Antonio Ortuño

Esbirros by Antonio Ortuño

autor:Antonio Ortuño [Ortuño, Antonio]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Relato, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2021-05-15T00:00:00+00:00


BIENAVENTURADOS LOS MANSOS

I

Los rivales que debimos enfrentar en el episodio del show «Ayuda y gana» fueron tremendos: el Coro de Niñas Ciegas del municipio y el Ballet de la Asociación de Víctimas del Terremoto del 99 (AVT’99: no confundir, por favor, con grupos equivalentes del 85 y el 2004). Las votaciones telefónicas y en red comenzaron en cuanto pasó la cortinilla musical y resultaron, de entrada, negativas para nuestra causa, porque en el canal les hicieron un video muy sentimental a los del ballet, en el que sus integrantes profundizaban, con abundancia de lágrimas y moqueos, en las privaciones que habían enfrentado como damnificados y en las dificultades de hacer puntas cuando no tienes completos los dedos de los pies. Por su lado, las niñas ciegas protagonizaron un clip en el que una asesora de imagen las ataviaba, peinaba y maquillaba con ropajes glaseados, flequillos oceánicos y colores siderales. El consenso fue que así, ajuareadas como para asistir a los quince años de la hija de un delincuente, se veían muy tiernas.

No podíamos darnos por vencidos y respondimos con la mejor artillería de la que disponíamos: en nuestro video, nos concentramos en resaltar el humor de los chicos del Centro de Rehabilitación Juvenil Pax (el querido CRJP, que, a pesar del mote, no atendía a ninguna clase de sudorosos adictos, sino a muchachos en «situación de desarrollo singular», es decir, lo que la gente antigua y sin corazón llamaba «locos de atar» y «retardados»). Para conseguir que se manifestara ese buen talante, que en realidad no era habitual, recurrimos a la táctica de vaciarles un frasco de carbonato de litio en el café con leche del desayuno. Los efectos fueron inmediatos y, al momento de grabarse el video, la depresión y la ansiedad se habían desvanecido de los rostros y anatomías de los nuestros y menudeaban en ellos las risotadas, los espasmos de alegría, el alzamiento de pezones y las erecciones más prominentes.

El premio era un millón y buena falta que nos hacía, porque los integrantes de nuestro patronato eran mejores para esbozar gestitos de solidaridad en las fotos que para sufragar las cuentas del centro. La entrega del cheque simbólico (un cartón enorme como pizarra escolar) se realizaría en el Museo de Arte Actual, cuyo consejo era presidido por las hermanas Verdugo, hijas divorciadas y multioperadas del mayor empresario gasolinero del país.

Tras la emisión de nuestro video y empujados por los insistentes close-ups a los ojos y el escote de nuestra compañera Anita, cuya esquizofrenia había truncado sus mejores posibilidades vitales pero no marchitado su esplendor carnal, conseguimos remontar la desventaja que teníamos con respecto a las niñas ciegas y ponernos en segundo lugar, a un puñado de votos del ballet de la AVT’99.

Sobrevino entonces, luego de una ráfaga de confusiones y molinetes retóricos de los locutores y de cuatro cortes comerciales, la ronda de entrevistas en vivo, que resultaría decisiva. Los coordinadores de los equipos rivales se limitaron a repetir lo dicho en sus videos (y de un



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.