El secuestro del Albatros by Federico Supervielle Bergés

El secuestro del Albatros by Federico Supervielle Bergés

autor:Federico Supervielle Bergés [Supervielle Bergés, Federico]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Aventuras, Bélico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-10-07T00:00:00+00:00


* * *

Agarrado con fuerza al asidero del copiloto de la paquetera, Pablo apretaba los dientes. Delante de ellos, uno de los todoterrenos abría camino. A su derecha, en el lado equivocado, porque estaban en Seychelles, Juan Carlos pilotaba la paquetera como si de un bólido de carreras se tratase. A su espalda, sus oficiales se agarraban como podían para no caer unos encima de otros en las curvas y, más atrás, el segundo todoterreno cerraba el pequeño convoy.

Los vehículos acababan de tomar la última rotonda antes del muelle. El cinturón se hundía en la clavícula de Pablo, evitando que se separara del asiento. El trayecto desde Eden Island había sido muy corto, pero el comandante le habría pedido a Juan Carlos que corriera más si hubiese pensado que aquello iba a ayudar. El jefe de seguridad hablaba con monosílabos y palabras que Pablo no entendía por la radio interna de su equipo mientras conducía sin quitar los ojos de la carretera.

—Barricada —murmuró Juan Carlos de repente.

Lo siguiente que supo Pablo fue que tuvo que poner las manos en el salpicadero para no salir disparado por el parabrisas. Juan Carlos había pegado un frenazo para no colisionar con el vehículo de delante, que se había detenido con las luces naranjas puestas.

Pablo vio bajarse a los dos ocupantes del todoterreno y se volvió para ver a Juan Carlos hacer lo mismo.

—¡¿A dónde vas?!

—Han cortado el acceso. Tenemos que seguir a pie.

Pablo miró hacia delante y se percató de que, delante del primer todoterreno, dos autobuses habían quedado atravesados en la carretera, justo delante de la verja de acceso al muelle.

Abriendo la puerta, el comandante del Albatros puso un pie en tierra y lo primero que escuchó fue una ráfaga de disparos en la distancia. A unos pocos metros, Juan Carlos y los suyos habían abierto el maletero del todoterreno y parecían estar cogiendo material. A Pablo se le pusieron los ojos como platos al ver lo que ocultaba el falso suelo del maletero. A pesar de esperarse que los hombres de Juan Carlos llevaran protección, aquello lo dejó anonadado.

Media docena de fusiles y más de veinte cargadores estaban apilados allí, rodeados de un puñado de granadas y cuatro pistolas.

—Hay más en el otro coche —dijo Juan Carlos—. Los chalecos y los cascos están en los asientos de atrás. Uno para cada uno. Sé que no todos sabéis usar las armas, pero mejor tenerlas que echarlas de menos.

—Yo sé usarlas —dijo Grease, que había seguido a Pablo y miraba el contenido del maletero por encima de su hombro.

El tejano asió uno de los AR-15, la versión comercial del famoso M16 de Colt, y, tras comprobar que la recámara estaba vacía, introdujo un cargador y montó el arma. Sin decir nada, cogió otros dos cargadores, se los metió en los bolsillos y, dejando que el fusil colgara de su cincha, pasó revista a una pistola y se la metió en la parte de atrás del cinturón.

Pablo miró desesperado hacia atrás. El resto de oficiales estaban lejos de tener la destreza de Grease con armas de fuego.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.