El precio del amor (E-Original) by Kris L. Jordan

El precio del amor (E-Original) by Kris L. Jordan

autor:Kris L. Jordan [Jordan, Kris L.]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2014-01-19T23:00:00+00:00


CAPÍTULO 15. Amanecer.

Declan la acomodó entre sus brazos, la arropó y besó su cabello.

—Duerme, descansa— ella obedeció y se quedó dormida al instante.

Cuando Alicia abrió los ojos no comprendía muy bien que era esa sensación tan extraña que le estaba oprimiendo el corazón, tenía unas inmensas ganas de llorar pero no entendía el porqué. Miró cuanto le rodeaba, las cortinas blancas, la estantería meticulosamente ordenada, la alfombra suave y sintió el cuerpo de Declan, a su espalda, la tenía abrazada fuertemente, sus labios estaban casi sobre su oreja y su respiración acompasada conseguía darle escalofríos.

Se acomodó contra su cuerpo y sintió su erección firme y dura sobre su espalda, piel con piel. Le hubiese gustado darse la vuelta, enfrentar sus ojos y rogarle que la tomara otra vez, pero ya había amanecido y su noche de “voy a ser libre y hacer todo lo que quiera”, había pasado ya. Tenía que irse, e intentar continuar con su monótona vida. Sabía que nunca olvidaría esos momentos vividos con Declan, pero no podía haber nada más entre ellos. Su familia la necesitaba y su trabajo le impedía tener una relación con ningún hombre.

La cruda realidad la golpeó y las lágrimas comenzaron a caer. Con mucho cuidado se zafó de su abrazo. Suavemente se separó e intentó que no se despertara y lo consiguió. Declan se dio la vuelta y continuó durmiendo, mientras Alicia recogía su vestido y sin hacer ningún ruido se encaminaba hacia la puerta. Ya no regresaría a esa casa, ya no volvería a ver a Declan, sería lo mejor para ambos.

Cuando estaba a punto de abrir la puerta y salir huyendo como la cobarde que era, una mano le agarró con fuerza y la obligó a girarse.

— ¿Por qué te marchas a hurtadillas?, ¿no piensas despedirte de mí?

Estaba completamente desnudo frente a ella, ni siquiera había perdido tiempo en ponerse algo encima. Despertó sintiendo el frío de no tener el cuerpo de Alicia cerca y la buscó en la cama con desesperación. Entonces fue cuando la escuchó abrir la puerta de la calle y corrió con angustia, ella no podía irse, no podía dejarle sólo otra vez.

—Tengo que marcharme—. De nuevo estaba rehuyendo su mirada y a Declan se le partió el corazón.

—No, por favor, no te vayas. ¿Qué ha pasado?, ¿he hecho algo malo?— si era necesario le rogaría, le suplicaría.

—Tú no eres el culpable...lo siento, tengo que irme.

— ¿Cuando te veré?, ¿vendrás luego?—. Estaba desesperado, porque su intuición le decía que cuando ella saliese por esa puerta sería para siempre.

—No lo sé...ya veré. Te llamo—. Le besó en los labios, pero fue un beso frío, un beso de despedida. Entonces abrió la puerta del todo y salió fuera.

— ¡Alicia espera, me vestiré y te llevaré a tu casa!—. La gritó desesperado y exponiéndose a que alguien le viese desnudo en el descansillo.

—No te preocupes he llamado a un taxi, ya tiene que estar esperándome— mintió.

Subió en el ascensor sin volver la vista atrás, no quería mirarle si no toda su determinación de abandonarle se vendría abajo.



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