El mensaje del multimillonario by J. S. Scott

El mensaje del multimillonario by J. S. Scott

autor:J. S. Scott [Scott, J. S.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2016-01-31T16:00:00+00:00


Capítulo 12

La tormenta empezó a remitir esa misma noche, y Randi volvió a su casa a la mañana siguiente, después de que Dante llamara para avisarla de que ya tenía electricidad de nuevo.

Evan, por su parte, se sentía inquieto a pesar de haber hecho ejercicio y se dirigió a pie a casa de Grady. Necesitaba hablar con alguien para intentar aclarar las ideas.

—No sé qué hice mal —les dijo a sus hermanos, mientras los cuatro permanecían sentados en torno a la mesa de Grady con una taza de café. Había decidido confesar su relación con Randi, con la esperanza de que pudieran ayudarlo. No le importaba que se burlaran de él siempre que consiguiera comprender un poco mejor cómo funcionaba la mente de una mujer. Lo único que deseaba era hacerla feliz.

—¿Y si hablas con ella? —sugirió Grady—. Sé por propia experiencia que los regalos no siempre sirven para solucionar los problemas con las mujeres cuando están enfadadas.

—Antes tiene que averiguar qué ha hecho mal —dijo Jared, que frunció el ceño, intentando encontrar la posible causa del problema.

—¿Qué le dijiste exactamente para hacerla enfadar de esta manera? —preguntó Dante con curiosidad.

Evan miró a sus hermanos, que lo observaban muy serios. Estaban intentando ayudarlo de verdad… algo que lo sorprendió mucho.

Cuando llegó a casa de Grady y vio que estaban todos allí, se quedó algo desconcertado. Dante llevaba el uniforme de trabajo, pero le dijo que podía empezar un poco más tarde porque se había cansado de hacer horas extra durante la ventisca. Jared no le dio ninguna excusa.

Habría apostado cualquier cosa a que Grady los había llamado, pero no entendía por qué.

Sin embargo, todos parecían dispuestos a echarle una mano, así que, en realidad, lo de menos era el motivo que los había llevado hasta ahí.

—Ni siquiera sé qué flores le gustan, y no sé qué hice mal. Lo único que ha pasado es que Randi… ha cambiado de un día para otro.

Había pensado en enviarle flores, pero se enfadó consigo mismo por no saber cuáles eran sus favoritas.

—¿Qué pasó antes de su transformación? —preguntó Grady con solemnidad.

—Que nos acostamos sin usar el preservativo —admitió Evan a regañadientes, ya que no le gustaba compartir los detalles más íntimos de su relación con Randi. Pero estaba desesperado.

—¿Y luego qué? —preguntó Dante después de tomar un sorbo de café.

—Le dije que era un alivio que estuviera tomando la píldora y que no pudiera dejarla embarazada. —Para Evan había sido una reacción de lo más normal.

—¡No puede ser!

—¡¿Cómo es posible?!

—Ya puestos, ¿por qué no le dijiste que lo único que te interesaba era acostarte con ella? —intervino Dante.

—Bueno, más o menos… es lo que le dije —admitió Evan, que se revolvió incómodo en su asiento—. Es que me gusta y me atrae mucho, pero no quiero tener hijos.

—¿Por qué? —preguntó Jared en voz baja—. ¿Por tu trastorno?

Evan volvió la cabeza hacia él con un gesto brusco, algo nervioso.

—Te lo ha dicho Hope.

Estaba seguro de que había sido ella.

—Nos lo ha contado todo. Aunque podrías haberlo hecho tú, Evan —gruñó Grady—.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.