El libro de las muñecas parlantes by Jacques Nassif

autor:Jacques Nassif [Nassif, Jacques]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Psicoanálisis
ISBN: 9788490079980
editor: Xoroi Edicions
publicado: 2014-06-15T00:00:00+00:00

III. Encarnar el objeto de una transferencia

Para ello nos habremos de transportar a un país que inventa Hoffmann, análogo a aquellos imaginados por la sombría intuición de Swift, donde el monarca ha decretado que las Luces debían ser impuestas a la población a tal punto que no quedaba a las hadas que volver a su país, dejando de intervenir en los asuntos humanos bajo la amenaza de una persecución despiadada.

En la ciudad universitaria, donde transcurre la historia del pequeño Zaqueo 38, hace sus estragos un profesor digno de ese soberano, un cierto Mosh Terpin, que cuenta entre sus estudiantes al Baltasar del que Hoffmann hace, a no dudarlo, su portavoz, cuando le inspira este discurso: 'La manera en que el profesor habla de la naturaleza me desgarra el corazón. O, más bien, se apodera de mí, al escucharlo, un siniestro terror, como si viese a un loco que pretende ser un rey acariciando a una muñeca de paja fabricada por sus propias manos y se imagina que es la novia del rey. Sus pretendidas experiencias me parecen un abominable insulto a la potencia divina cuyo aliento nos rodea en la naturaleza y despierta en nuestro corazón los presentimientos más íntimos y los más sagrados. A menudo me siento tentado de destrozar sus probetas, sus pipetas y todos sus trastos. Sólo me contiene el pensamiento de que este mono terminará de jugar con el fuego el día en que se queme las patas' (50).

Desde entonces, sin embargo, las cosas han seguido desarrollándose y haciéndose más gratos; esta especie de sabio pulula y es inútil pensar que hace tiempo que ese simio se haya quemado las patas, según la bella expresión de Hoffmann, ya que eso no lo ha refrenado en sus locas pretensiones. Incluso se le ha concedido el poder de destruir irremediablemente a esa naturaleza sublime a la que Hoffmann tanto apreciaba, mientras que nosotros la hemos manchado y envilecido aplicando las recetas de una ciencia liberada de cualquier frontera; y en lo que se refiere a las muñecas como únicas novias, también ellas pululan, y son escasas las mujeres, como Villiers no tardará en anticiparlo, que pueden aún apelar a la atención como el más bello artefacto de la naturaleza, suplantadas como lo han sido, por toda clase de chirimbolos tecnológicos que aspiran a —¡y hasta consiguen!— hacernos olvidar su recuerdo.

No quisiera yo, al escribir estas líneas, pasar como alguien que promueve vaya a saber qué clase de nostalgia de una edad dorada donde la naturaleza tendría todavía vela en el entierro, si cabe decirlo así. No es tampoco eso lo que, pese a las apariencias, hace Hoffmann en su texto. Pertrechado con un humor muy sutil, se dedica a destacar lo que no va bien en un mundo desprovisto completamente de toda manifestación tanto de lo maravilloso y enigmático como del sentimiento irreductible de lo ominoso.

Incluso en una naturaleza prosaica, completamente despoetizada, pueden todavía acaecer fenómenos relacionados con eso que, por lo menos desde Freud, se ha convenido en llamar transferencia.

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