El cuarto estado by Jeffrey Archer

El cuarto estado by Jeffrey Archer

autor:Jeffrey Archer [Jeffrey Archer]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: F
editor: SAGA Egmont
publicado: 2021-03-22T00:00:00+00:00


Keith no pudo dejar de pensar en Kate durante los dos días siguientes. Pero una cosa era cierta: que ella no cabía en ninguno de sus más que ordenados planes.

Cuando se sentó a comer con el primer ministro, este se preguntó por qué estaba tan preocupado su anfitrión. Townsend mostró poco interés en sus innovadoras propuestas para reducir el poder de los sindicatos, a pesar de que sus periódicos habían estado presionando al Gobierno en esa dirección durante varios años.

Townsend no estuvo mucho más concentrado al día siguiente, cuando presidió la reunión mensual de la junta. De hecho, para ser un hombre que controlaba el mayor imperio mediático de Australia, se mostró increíblemente incomunicativo. Algunos de sus colegas se preguntaron si estaría enfermo. Cuando se dirigió a la junta para hablar sobre el séptimo punto del orden del día, su propuesto viaje a Gran Bretaña para adquirir un pequeño grupo de periódicos del norte de Inglaterra, pocos vieron sentido a semejante viaje. De hecho, fracasó totalmente cuando intentó convencerlos de que merecía la pena.

Cuando la reunión terminó y los miembros se marcharon, Townsend volvió a su despacho y se quedó trabajando hasta que Heather se marchó, ya de noche. Miró el reloj cuando ella cerró la puerta. Eran las siete y pocos minutos, lo cual le recordó que su secretaria siempre se quedaba hasta muy tarde. No cogió el teléfono hasta estar totalmente seguro de que Heather no iba a volver. Entonces, marcó los tres números que lo pasarían directamente con el despacho del director.

—Bruce, quería hablar contigo sobre el viaje que voy a hacer a Londres. Me gustaría que me acompañara un periodista, para asegurarnos de que si surge algo importante, tú seas el primero en saberlo.

—¿Qué esperas comprar esta vez? ¿El Times?

—No, no en esté viaje. Solo estoy buscando algo que dé beneficios.

—¿Por qué no llamo a Ned Brewer a la agencia londinense? Es una persona adecuada para cubrir cualquier historia.

—No estoy seguro de que sea un trabajo para el jefe de la agencia —dijo Townsend—. Estaré deambulando varios días por el norte de Inglaterra, visitando redacciones, reuniéndome con periodistas e intentando decidir con qué directores me quedo. No quiero que Ned esté lejos de su despacho tanto tiempo.

—Bueno, supongo que podría prescindir de Ed Makins durante una semana, pero necesito que esté de vuelta para la primera sesión del Parlamento; sobre todo, si tu corazonada resulta ser exacta y Menzie anuncia una ley para limitar el poder de los sindicatos.

—No, no necesito a nadie de tanto empuje. Además, no sé cuánto tiempo estaré fuera. Me bastaría con un periodista joven —dijo, guardando silencio después para que Bruce hiciera alguna sugerencia, pero no la hizo—. La chica que me enviaste el otro día me causó buena impresión. ¿Cómo se llamaba?

—Kate Tulloh. Pero es demasiado joven e inexperta para algo tan grande como eso —comentó.

—También lo eras tú cuando nos conocimos, Bruce. Y eso no impidió que te ofreciera el trabajo de director.

Bruce tardó unos segundos en volver a hablar.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.