El cruce by Matt Brolly

autor:Matt Brolly [Brolly, Matt]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2020-02-14T00:00:00+00:00

* * *

—Acaba de llegar un expediente del cuartel general —dijo Simone cuando Louise volvió a su despacho. Louise asintió con la cabeza, con la energía agotada por la reunión de primera hora de la mañana con el inspector. Estaba a punto de abrir el documento cuando llegó Tracey.

—¿Qué pasa, jefe? —dijo, con un exagerado acento americano.

—Pareces contenta… —dijo Louise, notando el olor a nicotina y un leve tufillo a alcohol tras el perfume casi abrumador—. ¿Una buena noche?

—Se podría decir que sí. Te lo contaré más tarde. Ayer hice algunas incursiones en la congregación de San Miguel, aunque es difícil sacarle una palabra a alguien. Hay una clara desconfianza hacia la policía en esta zona, diría yo. De las personas con las que hablé, el sentimiento general era de absoluta conmoción, como es de imaginar, pero también de auténtico dolor. Definitivamente hay un alto nivel de sentimiento por el Padre Mulligan en esa comunidad. Y eso a pesar de que solo hacía un servicio a la semana. Van a celebrar una misa por él este domingo. Podría valer la pena una visita.

«Eso si todavía estoy trabajando en el caso para entonces», pensó Louise.

—Gracias, Tracey. Tendré la reunión informativa en treinta minutos.

—Jefa —dijo Tracey, haciéndole un rápido gesto de despedida.

Louise observó a su amiga circular entre los demás oficiales, cada uno de los cuales parecía alegrarse de verla. Louise admiraba la facilidad que tenía Tracey con la gente. El hecho de no tener el bagaje del liderazgo le facilitaba las cosas, pero Louise tenía que esforzarse mucho más para desarrollar ese tipo de relaciones y se preguntaba si esa era la razón por la que aún no la habían ascendido más allá de inspectora.

Rompió el gran sobre de manila que le había dejado Simone, y se alegró de ver las anticuadas notas del caso del incendio de St. Bernadette. La tarjeta marrón, fechada en mayo de 1983, tenía un olor a humedad y una fina capa de polvo. El agente principal en ese momento era el sargento Ben Farnham. Louise no estaba familiarizada con el nombre, ni con la documentación en sí. Por lo que pudo comprobar, la investigación había sido exhaustiva. Farnham realizaba informes diarios que contenían declaraciones de testigos y detalles de otros servicios de emergencia. Las fotos que había visto en el viejo ejemplar del Mercury estaban presentes, así como otras imágenes en blanco y negro.

Salió de su despacho para tomar un café. Thomas estaba de pie en la pequeña cocina abierta esperando a que hirviera la tetera.

—Buenos días —le dijo cuando se acercó.

—Hola, Thomas. Una pregunta rápida. ¿Te acuerdas de un tal sargento Ben Farnham?

Los ojos de Thomas se movieron, una ligera curva hacia abajo en su boca. Llevaba un traje limpio y una camisa fresca. Su rostro seguía dibujado, pero tenía mejor aspecto que cuando ella lo conoció en el Kalimera.

—Me acuerdo de él —dijo con una mueca.

—Suena positivo.

—Nunca me he enfrentado a ese hombre. Le faltaba un año para jubilarse cuando empecé en el Departamento de Investigación Criminal, y actuaba como tal.

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