El año mágico de Adolfo Suárez by Rafael Ansón

El año mágico de Adolfo Suárez by Rafael Ansón

autor:Rafael Ansón
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Histórico
publicado: 2014-10-20T23:00:00+00:00


Capítulo 6

EL REFERÉNDUM

La televisión del referéndum

Vinieron a decírmelo a mi despacho en Prado del Rey: habían secuestrado a Oriol en la oficina que tenía su Fundación en el barrio de Los Jerónimos, en Madrid. Por supuesto, desde el primer instante el secuestro preocupó a Adolfo a título individual, pero también había una honda preocupación en tanto que un órdago semejante podía afilar las prevenciones contra el cambio de la extrema derecha y poner en riesgo una transición pacífica.

Hacía solo un día que Santiago Carrillo había convocado una rueda de prensa clandestina en Madrid. Aquello, unido a este secuestro de Oriol, suponía un duro golpe desestabilizador para el gobierno, dada la condición tanto de Oriol como de los terroristas, los GRAPO. A su sigla añadían la coletilla «PC(r)», esto es, se hacían llamar brazo armado del Partido Comunista (reconstituido), y el nombre llamaba a engaño. Por mucho que el PCE emitiera un comunicado condenando el secuestro y alejándose del grupo terrorista, no todos lo creyeron. Como bien decía el editorial que pudo leerse en el diario El País al día siguiente: «Nunca la extrema izquierda ha colaborado mejor con la extrema derecha que en el día de ayer».

En ningún instante se tuvo la sensación de que fuese a peligrar el resultado del referéndum —aunque la prensa extranjera se empeñase en reforzar la posibilidad de que el secuestro de Oriol apuntalara el «no» de los irreductibles del búnker franquista—, pero era natural sentir cierta zozobra ante un posible recrudecimiento de los ánimos. La campaña había comenzado hacía dos semanas y aún recuerdo con absoluta claridad cómo se desenvolvió en televisión aquella llamada a las urnas, que fue la realmente importante en esos años, la que costó ganar. Luego vino el referéndum de la Constitución en diciembre de 1978, pero ahí ¿qué iba a votar la gente? ¿Que no quería una Constitución? Solo faltaba. Ahora bien, conseguir que a un año de la muerte de Franco el pueblo español votara la democracia era un objetivo bien distinto. No se estaba votando otra cosa: podías adornarlo como quisieras, que al final lo que estaba sobre el tapete era «democracia sí» o «democracia no». Y democracia pura y dura. Por un lado los más radicales pidiendo el «no» para que todo siguiera como estaba; por otro las izquierdas reclamando la abstención o el voto en blanco. Y luego los demás centrados en el «sí» que validase el éxito de aquel haraquiri de las Cortes.

El «no» preocupaba poco, y ya se atajó en Televisión, así que la campaña se centró en lograr la más alta participación posible. Recuerdo que incluso se negoció un porcentaje de descuento sobre el precio del billete de Iberia para los emigrantes que quisieran venir a votar el 15 de diciembre. Pero ¿bastaría con eso? Se dio voz a algunas campañas más específicas, no muchas, del tipo «Si votas hoy sí, podrás decidir mañana», pero la mayoría solo pedía a la gente que participara. Por ejemplo, se emitieron spots televisivos con rostros



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