Dune by Unknown

Dune by Unknown

autor:Unknown
La lengua: eng
Format: epub


30

Esta adaptación religiosa de los Fremen es, pues, la fuente de lo que ahora reconocemos como «Los Pilares del Universo», de los cuales los Qizara Tafwid son los representantes entre nosotros, con los signos y las pruebas y las profecías. Ellos nos aportan esta fusión mística arrakena cuya profunda belleza está tipificada por la conmovedora música compuesta sobre antiguas formas, pero marcada por este nuevo despertar. ¿Quién no ha oído, sin sentirse profundamente conmovido, el Himno al Hombre Viejo ?:

Mis pies han hollado un desierto

Habitado por ondeantes espejismos.

Voraz de gloria, ávido de peligro,

He recorrido los horizontes de al-Kulab,

Viendo al tiempo nivelar las montañas

En su búsqueda y en su hambre de mí.

Y he visto los gorriones acercarse rápidos,

Tan osados como un lobo al ataque.

Se han dispersado por el árbol de mi juventud.

He oído su multitud en mis ramas.

¡Y he conocido sus picos y sus garras!

De El despertar de Arrakis , por la PRINCESA IRULAN

El hombre se arrastró sobre la cresta de una duna. Era apenas una mota que se confundía con la arena en el resplandor del sol de mediodía. Iba vestido tan sólo con los restos de una capa jubba, su carne desnuda mordida por las ardientes ráfagas. La capucha había sido arrancada de la capa, pero el hombre se había confeccionado con un jirón de ésta un turbante. Mechones de cabellos color arena surgían por debajo de él, conjuntándose con su enredada barba y sus gruesas cejas. Bajo sus ojos totalmente azules, restos de una mancha oscura ensombrecían sus mejillas. Un aplastamiento en su bigote y su barba revelaban el lugar donde había estado un tubo de destiltraje yendo de su nariz a sus bolsillos de recuperación.

356/685

El hombre se detuvo en la cima de la duna, con los brazos extendidos hacia la otra vertiente. La sangre se había coagulado en su espalda, brazos y piernas. Costras de arena amarillo grisácea se habían formado sobre sus heridas. Lentamente, colocó sus manos debajo de él, se empujó hacia arriba, y consiguió ponerse vacilantemente en pie. Aunque extenuado, sus movimientos conservaban todavía una cierta precisión.

—Soy Liet-Kynes —dijo, hablando para sí mismo y dirigiéndose al vacío horizonte, con su voz convertida en una ronca caricatura de su antigua fuerza—, soy el Planetólogo de su Majestad Imperial —jadeó—, el ecólogo planetario de Arrakis. El servidor de este lugar.

Se tambaleó, cayó sobre el lado de la duna expuesto al viento. Sus manos excavaron débilmente la arena.

Soy el servidor de esta arena , pensó.

Se daba cuenta de que estaba en el umbral del delirio, de que tenía que hundirse en la arena, meterse en ella hasta encontrar un estrato profundo relativamente más frío y enterrar su cuerpo. Pero notó el olor dulzón, rancio, de una bolsa de preespecia en algún punto bajo la arena.

Conocía el peligro que aquello representaba, lo conocía mejor que cualquier otro Fremen. Si el olor de la bolsa llegaba hasta él, esto significaba que los gases, en las profundidades de la arena, habían alcanzado una presión muy próxima a la explosión. Debía alejarse rápidamente.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.