Dr. No by Percival Everett

Dr. No by Percival Everett

autor:Percival Everett [Everett, Percival]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Humor, Sátira
editor: ePubLibre
publicado: 2022-01-01T00:00:00+00:00


DADA UNA INCÓGNITA «y»

1

Cogí la carretera desde el aparcamiento del Goodwill sin imprevistos. Me pregunté si sería lo mismo que cogerla con previstos. Comprobé que mi ruta era extremadamente simple: una sola carretera, la Interestatal 95, hasta el mismo Washington. No estaba conduciendo hacia el sur porque hubiera recibido la orden de conducir hacia el sur, sino porque, contrariamente a mi naturaleza, me preocupaba el bienestar de otra persona. Mi falta de interés en el futuro inmediato y concreto de cualquier otro ser humano era bien conocida, de forma que mis actos me impresionaron. Me impresionaron únicamente en el sentido de percibir la diferencia con mi conducta de costumbre, aunque mis actos, o pre-actos, no me parecían excepcionales en ningún sentido. El trayecto en coche incluyó muchos momentos escalofriantes, cualquiera de los cuales resultó ciertamente más emocionante en su momento que de lo que habría sido en su crónica posterior, así que no me molestaré en contarlos. Me las apañé para dirigir mi vehículo por entre un tráfico que apenas se movía desde un extremo de Nueva York al otro, pero al llegar a Nueva Jersey me detuvo un policía de carreteras. El agente se acercó con cautela con su camisa y su gorra azules y me examinó por el retrovisor lateral, con la mano apoyada en la pistola.

—Buenas noches, señor —me dijo—. ¿Tendría la amabilidad de dejarme ver su permiso de conducir y número de registro?

Era muy cortés.

—No tengo ni una cosa ni otra.

—¿Cómo dice?

—Solo hace un par de días que compré el coche. Tengo el título de propiedad.

—¿Y permiso de conducir?

—No.

—¿Lo ha perdido?

—Nunca he tenido ninguno. Estos son mi pasaporte y mi acreditación de profesor.

—¿No tiene permiso de conducir?

Lo repetí, despacio.

—No tengo permiso de conducir.

Echó un vistazo al tráfico que venía, confundido.

—Me está diciendo que tiene un coche sin permiso de conducir.

—Esa sería una descripción precisa de la situación.

—Aun así, se ha comprado el coche.

—Sí.

—Salga del vehículo, por favor.

Salí, se giró hacia la portezuela trasera y me empujó contra ella. Me apartó los pies de una patada y me cacheó.

—¿Lleva algo en los bolsillos que yo deba saber?

—No.

Miró el asiento trasero y vio la sillita infantil.

—¿Lleva a un niño en el coche?

—No, es mi perro.

Se asomó al interior.

—¿Qué le pasa?

—Que solo tiene una pata —dije.

—Qué triste —dijo el policía—. ¿Cómo se llama?

—Trigo.

—¿Bulldog?

—Sí.

—No puede ir conduciendo por ahí sin el permiso, ¿sabe? ¿Es aquí donde da clases? —Me enseñó mi acreditación—. ¿Universidad de Brown?

—Sí. Vivo en Providence.

—¿Y adónde está yendo sin permiso de conducir?

—A Washington.

Habló por la radio que llevaba en la hombrera.

—Tengo aquí a un varón negro de treinta y seis años, conduciendo un BMW de 2011 con matrícula de Rhode Island 7-1-6-6-5-5. El nombre del individuo parece ser Wala, whiskey-alfa-lima-alfa, Kitu, kilo-India-tango-uniforme. Aproximadamente metro ochenta, setenta y cinco kilos. —Me miró—. ¿No tiene más documentos de identificación? Por supuesto, se da cuenta de que lo tengo que arrestar. Va usted sin permiso de circulación.

—Es lo único que tengo —dije.

Esperamos unos minutos. Me parecieron treinta, pero quizás fueran dos.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.