Dos soledades by Gabriel García Marquez & Mario Vargas Llosa

autor:Gabriel García Marquez & Mario Vargas Llosa [García Marquez, Gabriel & Vargas Llosa, Mario]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Crítica y teoría literaria
editor: ePubLibre
publicado: 2021-01-01T00:00:00+00:00

Testimonios

Fue hace años y no lo olvido

Un día que sí recuerdo muy bien, en los tres años que pasé en el Fundo Pando, fue cuando nos trepamos, a la volada, Carlos Calderón Fajardo y yo, a la tolva de la camioneta de Andrés Lacko. Los estudios de Ciencias Sociales eran bastante áridos, plagados de números y de cuadros estadísticos que, según los docentes holandeses de aquella época, les daban seriedad a esas ciencias humanas. Por esa razón, quizá, una escapada a la UNI, la Universidad Nacional de Ingeniería, nos parecía una excelente idea, sobre todo porque se trataba de escuchar a los dos escritores que hacían resplandecer, en 1967, el cielo de estrellas: Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez.

Han pasado cincuenta y dos años de aquel memorable mediodía y los recuerdos no pueden ser exactos. La emoción que teníamos Carlos Calderón Fajardo y yo, sentados allá atrás y con el aire despejando cualquier sentimiento de culpa, le dan a mi memoria un aire de felicidad total. Adelante, bien sentadas, acompañaban a Andrés Kay Stubbs y Martha Maldonado. Nunca más he regresado a la UNI. Sé que quedaba lejos y sé también que siempre quedará lejos. Desde la Católica el camino debe haber sido más enrevesado, pero el tráfico, sin duda, era más ligero: había algo de campo a nuestro alrededor, la resolana primaveral del mes de septiembre debe haber sido benigna y nuestra juventud era, sin duda, clave para garantizar la plena satisfacción. Yo tenía veinte años.

La fecha la tengo clara gracias al libro de Ángel Esteban y Ana Gallego, De Mario a Gabo: fue el 5 de septiembre. En el libro se mencionan dos fechas, el 5 y el 7, pero estoy seguro de que solamente fue el 5, porque la segunda presentación de García Márquez iba a realizarse en el Instituto Nacional de Cultura, cerca de la iglesia de San Francisco, y García Márquez no fue. La excusa bien puede haber sido que no se sentía bien del estómago. Era una persona tímida a quien no le gustaba hablar en público, pues lo suyo era escribir, y si bien era reacio a ese tipo de eventos (se festejaba la aparición de su novela Cien años de soledad ese mismo año), encontrarse en la UNI, rodeado de jóvenes ávidos por escucharlo, debe haber jugado a su favor. En cambio, en el INC, también habría entre los asistentes gente mayor, seria y formal como mis padres, y todos se quedaron con los crespos hechos.

Mi recuerdo del conversatorio en la UNI es el de un acontecimiento genial, maravilloso, fluido, entretenido y muy importante para todo joven que deseaba vivir en la atmósfera de la literatura, sea leyéndola o escribiéndola. Fue allí que dijo su máxima más recordada: «Escribo para que mis amigos me quieran más», y que yo y varios hemos hecho suya. Nos dijo, así, que escribimos para estar menos solos y mejor acompañados. Para poder conversar sobre cosas que, cuando se habla, no son las mismas.

Mi recuerdo de aquel 5 de septiembre de 1967 no es preciso.

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