Dime si es amor (Spanish Edition) by Claudia Cardozo

autor:Claudia Cardozo [Claudia Cardozo]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2014-08-23T22:00:00+00:00

Will se pasó una mano por los ojos, pero intentó no parecer demasiado aburrido; se moría por lanzarse a la cama y dormir, pero hubiera sido muy grosero echar a Darla con alguna mala excusa, sin importar qué tan poca paciencia le quedara.

Hubiera sido más entretenido si fuera tonto, se dijo, porque el ser plenamente consciente de que intentan manipularte resulta bastante tedioso, especialmente si te quedas callado para que la otra persona piense que lo está haciendo bien. Y ya llevaba más de una hora así, se merecía una medalla.

Y no es que fuera condescendiente en demasía con Darla, que era lo que Eric diría sin dudarlo, era solo que la consideraba una buena mujer. Un poco manipuladora, más insegura de lo que reconocería jamás, pero más que nada, alguien que nunca le había jugado sucio y que fue siempre muy honesta con él. Ahora no podía evitar sentir lástima por su actitud, ella era mucho mejor que eso.

Tal vez lo mejor fuera usar esa misma honestidad que a ambos siempre les había funcionado tan bien, porque si le escuchaba alguna frasecita peyorativa más relacionada con Anne, iba a explotar; incluso había conseguido quitarle el sueño.

—Darla, escucha, no quiero herirte, y tampoco continuar oyéndote. No estás ofendiendo a Anne con lo que dices, ni la haces menos, aunque creas que lo consigues. No, no, déjame terminar, por favor, ya has hablado bastante, y yo te he oído con mucha más paciencia de la que te mereces, ¿no crees?

Ella se sentó tan envarada que parecía que en cualquier momento podría partírsele la espalda.

—Te tengo mucho respeto, Darla, no quieres perderlo por algo como esto, créeme. Puedes hacer todas las insinuaciones que quieras, pero soy lo bastante grande como para formarme mi propia opinión de las personas, ¿no crees? A Eric no le gustas para nada, y valoro mucho su opinión—honestidad, se recordó, la delicadeza no iba a ayudarle con ella—. Aún así jamás permití que eso fuera un impedimento para tratarte, así que pierdes tu tiempo y también el mío. Si no tienes nada más que decir, tal vez debas regresar a casa.

Pensó que tal vez había exagerado cuando vio que se secaba una lágrima con discreción. No, lágrimas, no.

Ojalá lo hubiera insultado, pero no, ese no era su estilo. Tan solo se despidió con frialdad y dejó el lugar como si acabara de terminar una visita social. Estaba seguro de que eso no había terminado allí.

Suspiró aliviado cuando se fue, porque lo había dejado tenso y de mal humor.

Pensó en llamar a Anne para preguntarle por Eric, que se tardaba ya demasiado, y para saber también si había pasado algo con Lorraine, ya que después de todo era su mejor amiga, y oírla también podría relajarlo un poco. Quizá podrían quedar para ir a comer algo al día siguiente…

No había marcado ni el primer dígito, cuando la puerta principal se abrió y vio a Eric llegar con una cara que lo preocupó. ¿Por qué se veía tan culpable?

—Golpéame.

Eso no

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