Deadfall: atrapada by Anna Carey

autor:Anna Carey [Carey, Anna]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico, Intriga, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2015-01-01T05:00:00+00:00

Aggy se detiene junto a ti y te apunta la linterna en los ojos. Enfrente, Devon se pasa las manos por el afro.

—¿Qué pasa?

—Es hora de irse —anuncia—. Pronto amanecerá.

Cuando te enderezas, sientes que la cabeza te late. Con suerte, dormiste una hora. En la noche, Rafe se acercó más a ti. Las mantas forman una pila desordenada. Cuando lo miras, sonríe.

—Buen día —dice.

Se estira para tomarte la mano pero finges no notarlo. Ben se encuentra del otro lado. Ya está despierto y doblando las mantas. Parece que el descanso le hizo bien. —Dediquemos el día a explorar —sugieres—. Antes de entrar, tenemos que asegurarnos de que Reynolds esté trabajando. Podemos trazar un plan cuando conozcamos mejor el lugar, cuando sepamos con qué nos encontraremos.

Salto asiente mientras toma un cuchillo de adentro de su mochila, que parece casi idéntico al tuyo.

Colocas tu navaja en el cinturón; esperas no necesitarla.

Cerca de las cinco de la tarde, el grupo se reúne en un callejón detrás de Bellevue, en el lado este de la ciudad. Pasaron todo el día explorando el hospital separadamente, buscando toda la información posible. Combinaron encontrase ahí, juntar toda la información y trazar un plan.

—Reynolds está de servicio —asegura Aggy—. Revisé una hoja que está detrás de la sala de enfermería. Esta noche está de guardia, así que tenemos tiempo suficiente. —Hay dos grupos de elevadores. Casi todos utilizan los que están junto a la Guardia de Urgencias, pero hay más en el otro extremo del hospital. Si los necesitamos, podríamos usarlos como salida rápida —agrega Rafe.

—Creo que sería mejor que dos de nosotros entráramos por la Guardia —propone Ben—. Alguien tiene que fingir que se lastimó la cabeza. Una caída, un traumatismo, cualquier cosa, para poder verlo… Es neurólogo. Los demás pueden entrar detrás. Una vez que tengamos una habitación.

—Lo sorprenderemos —interviene Rafe.

—Yo ingreso por la entrada de Urgencias —dice Salto—. Tenemos que pensar una forma de que parezca que me caí, que tengo la cabeza hecha un desastre.

—Eso no debería ser muy difícil —bromea Devon.

—Ben puede acompañarte diciendo que es tu amigo —agregas—. Yo me encontraré con ustedes en la habitación para que seamos más. Todos los demás pueden estar atentos y vigilar.

—Yo también debería estar en la habitación —propone Rafe—. No tiene sentido que espere en el vestíbulo. Este hombre podría tener un arma.

—No, Ben irá con Salto —dices esperando dar por concluido el plan—. Él está herido, de modo que no debería andar deambulando por los alrededores del hospital. Además, no tiene tanta experiencia en explorar. Rafe, tú estarás allí por si te necesitamos.

Rafe se pone de pie y toma la mochila.

—Muy bien. Ya está todo arreglado —exclama—. Vámonos.

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