Culpas compartidas by Michael Hjorth & Hans Rosenfeldt

autor:Michael Hjorth & Hans Rosenfeldt [Hjorth, Michael & Rosenfeldt, Hans]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2023-09-18T00:00:00+00:00

Soñar.

Desear algo más, otra cosa.

No querer coger el relevo y dirigir. Seguir tu propio camino, darle forma a tu propia vida. Pasar de lo que has hecho siempre, de cómo ha sido la gente siempre. No contentarte con pasearte por la mierda. Él sabía, siempre había sabido, que el mundo era más grande y que había un lugar para él.

Ellos no lo entendían. Ni querían entenderlo.

Así que ser granjero de cerdos no le bastaba.

Como si se tratara de eso. De lo que bastaba. De lo que era lo suficientemente bueno. Él no lograba entender que se lo tomaran como algo personal, que vieran como un ataque el simple hecho de que él quisiera algo más, algo distinto.

Luego había cosas que pensaba que les sentarían mal si las supieran, o cuando las supieran, pero que él viera su futuro en otro sitio que no era donde estaba en aquel momento tampoco debería haber sido tan controvertido.

Pero lo había sido.

¿Quién se había creído que era?

Él sabía bastante bien quién era. Eran ellos los que se negaban a aceptarlo. Se lo había intentado explicar. Arreglárselas con solo nueve años de escuela básica, construirse una vida y formar una familia estaba muy bien, se lo agradecía, pero él no estaba hecho para eso.

Él quería más. Algo distinto.

No era el primer miembro de la familia que había hecho el bachillerato, pero sí el único que había expresado su ambición de que no serían sus últimos años de estudio. «Ahí viene el señorito de la capital», habían dicho cuando la universidad le confirmó la plaza. Él se había esforzado mucho en quitarle hierro, en procurar comportarse como siempre, pero daba igual. Ya le habían puesto la etiqueta de señorito de la capital, el que de alguna manera inexplicable había herido a su familia, el que se consideraba mejor que ellos, el que había traicionado a sus allegados y a toda su estirpe.

Por el mero hecho de atreverse a soñar.

De querer algo más, algo distinto.

Cuando se mudó y se fue a vivir a Estocolmo, el aire realmente se le había hecho más fácil de respirar, la vida le había parecido más fácil de vivir. Por fin podía ser quien siempre había sido en el fondo. A todos los niveles.

Hizo amigos. Estudió. Se enamoró.

Nadie le decía que no debería estar allí, nadie intentaba hacerlo de menos a él ni hacer de menos sus ambiciones. Se abrazó a la vida y al mundo, y durante unos años todo fue como tenía que ser. Como él había soñado, aunque sin atreverse a esperarlo del todo. A menudo tuvo que luchar. Contra la baja autoestima, contra la imagen que tenía de sí mismo, contra los pensamientos autodestructivos de que a lo mejor, a pesar de todo, estaba viviendo una mentira y lo iban a delatar. La felicidad era frágil. Bastaba con tan poquito para desequilibrarlo, para arrojarlo al pozo de dudas… Un examen suspendido, compañeros de clase que entendían las cosas antes que él, una bromita sobre sus orígenes.

¿Quién se pensaba que era?

Pero siguió esforzándose, y lo fue consiguiendo.

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