Contención by Tania Gialluca

autor:Tania Gialluca
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Juvenil
publicado: 2015-10-20T22:00:00+00:00

Capítulo 12

Quedaban pocos días para el festival. Sin embargo, no me sentía emocionada, no podía ir a la función de ese día porque estaría arriesgándome a que los agentes descubran que estoy escondida en este campamento, pero eso no apaciguaba mi desilusión. Hay personas afuera buscándome, y una de ellas era el tío Henry, no puedo arriesgarme.

¿Por qué me buscaba? No lo comprendo. Ya no era parte de su vida, se habían librado de mí, aunque tengo la seguridad que ellos pretenden ser los verdugos frente al Imperio.

Me consuelo con mis recuerdos de este lugar, lo feliz que soy. Conocí personas que me dieron su apoyo, que me consolaron. Les tomé cariño a ellas y a su fantástica vida.

Después de mi sesión de llanto Emma se volvió una persona importante para mí. Pude sacar parte del veneno que llevaba acumulando por años pero todavía quedaban resquicios de ello. Uno era Cristian, el dolor de su pérdida me iba a acompañar toda la vida.

De las personas que conocí aquí no muchos son buenos conmigo y no los odio, los entiendo, yo era… soy extraña. Es por eso que me esfuerzo mucho por hacer todas mis obligaciones. Quiero encajar, no darles una razón para enojarse conmigo, o peor… echarme de aquí. Por primera vez en mi vida me siento en casa. No puedo llamarlo hogar todavía… siento que me falta algo.

Estos días me esforcé por llevar a cabo el plan que siempre iba postergando, no cruzar a Ka por mi camino. La última vez que lo vi junto a Mimi en el comedor terminé llorando en la sala de entrenamiento. Y por más que no lo quiera admitir en voz alta, eso me llegó de una manera tan personal y dolorosa que evito recordarlo.

Estoy dispuesta a alejar esos sentimiento tan dolorosos porque temo no poder controlarlos y además, me dejan un hueco tan grande que tengo la sensación que una nube color negro intenso me envuelve el alma hasta agotar cada gramo de felicidad. No quiero darle el poder a ninguna persona para que me haga sentir de nuevo de esa manera.

Ese día, después del llanto, nació una nueva Isabella que se va a esforzar al máximo para demostrarles a todos que ellos no son los únicos que podían sacar este lugar adelante, que cualquiera podría. Por todas las injusticias que veo a diario, sobre todo con las tres personas que me acogen con cariño infinito.

Una voz me sacó del análisis interno.

—¿En qué piensas? Últimamente estás en las nubes ¿terminaste con esa máscara? —Lucy me observa con el ceño fruncido mientras su mano está congelada en el aire con un pedazo de tela.

—En nada —mentí y ella lo notó, al instante dirigí la conversación hacia otro lado—. ¿Por qué tenemos que hacer todas las máscaras?

Lucy suspiró con fuerza mientras negó con la cabeza y volvía a fijar la vista en su regazo, donde se encontraba la máscara a medio terminar.

—Adolescentes —dijo con frustración—. Ya te lo he explicado, todos acá hacen algo.

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