Clubes rivales by Javier Malpica

autor:Javier Malpica [Javier Malpica]
La lengua: spa
Format: epub
editor: SM de Ediciones S. A. de C. V.

6

SI HABÍA ALGUIEN a quien realmente se le debía dar un reconocimiento de valentía es a Roxana. No importa lo que los niños puedan decir, mi valiente amiga no sólo agarró un sapo con las manos sino que ahora se había atrevido a entrar en la casa del Jardinero ella sola.

Igual que todas las demás exploradoras, Roxana estaba segura de que los cuentos de la casa abandonada eran mentira y que si la mansionsota no se vendía, sólo se debía a su tamaño.

Debo reconocer que el plan trazado por nosotras, no era muy lindo, pero no importaba. Justo después de haber capturado al sapo, Pilar alcanzó a oír a los niños decir: "gastamos en balde en los sapos". Todo se aclaró. Por eso habían movido ese bote. Ellos los habían puesto ahí. Los muy tramposos.

Así que los niños se merecían una lección. ¿Qué necesitábamos? Simple, una exploradora valiente dispuesta a entrar sola a la casa, unas tijeras de jardín y un toque final como el merengue en un pastel: mi muñeca Natasha.

Yo sé perfectamente que a mi hermano lo aterra mi muñeca. Quién sabe por qué, pero así es. Los niños son un gran misterio del Universo. Me consta que una vez que durmió en mi cuarto por la visita de mi abuelito, hasta sacó a Natasha y la llevó a la alacena. Lo sé porque mi mamá me regañó por andar metiendo mi muñeca ahí. La muñeca le había caído en un espinilla al buscar la harina —los golpes en la espinilla son para molestar a cualquiera—, y furiosa la llevó hasta la entrada de mi cuarto, donde la dejó para no despertar a mi hermano. Yo preferí dejar las cosas así, sin que supiera Alfredo, porque me divertía ese oscuro miedo de mi hermano.

El plan era sencillo: antes de que los niños llegaran, Roxana entraría en la casa abandonada con las tijeras, se escondería en el jardín y se haría pasar por el Jardinero Loco. Como los niños seguramente estarían muertos de miedo en el momento en que Roxana empezara a abrir y cerrar las tijeras de jardín, correrían intentando salir por donde hubieran entrado, pero justo cuando lo hicieran, se encontrarían con mi Natasha, la cual Pilar y yo habríamos puesto ahí para bloquearles la salida. ¿Cómo saldrían de la situación? Ésa sería una sorpresa.

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