Cautiva del lord by Cathryn de Bourgh

autor:Cathryn de Bourgh
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántico, Erótico, Relato
publicado: 2013-12-09T23:00:00+00:00

10

Mientras, en una villa londinense, la familia Casterleigh estaba destrozada luego de la huida de Evelyn. Pero lo peor no había sido este hecho deshonroso y terrible; la huida de su querida hija con un calavera desalmado, sino enfrentar las consecuencias de su locura y hablar con su prometido.

Lady Amelia pensó que se desmayaría pues su marido se había escabullido como una rata dejándola sola con semejante viaje. Sir Charles estaba tan disgustado que no le habló durante días como si ella fuera la responsable de todo. ¡Qué injusto, ella era inocente por completo! No podían responsabilizarla de las locuras de su hija.

Y frente ella se encontraba el honorable Sir Ravenston y merecía una explicación. ¡Pobre hombre! O mejor dicho, pobre de él y pobre de ella, que la tierra se la tragara, no quería otra cosa. Él era un digno caballero pero su hija había sido seducida por un libertino y raptada. Vilmente raptada pensó desesperada.

Cuando el caballero vio a la madre de la joven se alarmó porque supo que lago muy terrible había ocurrido y de pronto pensó lo peor: su prometida había muerto.

Pero sir Ravenston descubrió que había cosas peores que la muerte en ese mundo y al enterarse con detalles de la fuga de su prometida lo comprendió al instante.

Palideció y retrocedió sintiendo un horrible dolor en su pecho, amaba a la jovencita, la amaba y siempre la había respetado y adorado con fría calma. Tal vez no se lo había demostrado… Las jovencitas necesitaban escuchar te amo de vez en cuando, no alcanzaban los obsequios ni la tolerancia de soportar que un día apareciera misteriosamente en la mansión de un libertino. Entonces él la había seducido a sus espaldas, debió verla esos días, enviarle cartas, confundirla…

—Oh, lo lamento tanto usted es un caballero, no merecía esto—la dama lloraba y le habría gustado desmayarse pero su marido le había ordenado dar la infausta noticia y ella pues debía ser fuerte y no desmayarse. ¡Maldición!

Sir Edmund miró a la dama y la compadeció, su esposo debió ocupar su lugar y hablar con el caballero y asumir las consecuencias de la locura de su hija. Pero sir Charles brillaba por su ausencia.

—Nosotros quisimos detenerla pero él se la llevó a Escocia, para casarse en secreto, eso fue lo que dijo—apuntó la dama.

Gretna Green, el santuario de los jóvenes rebeldes y enamorados. Al parecer hoy día ningún joven escuchaba a sus padres en esos asuntos. Sir Ravenston asintió en silencio. No podía hacer nada, acababan de robarle a su prometida, a su dulce Evelyn y eso fue tan doloroso que abandonó la villa de la familia Casterleigh sin decir palabra.

—¡Ay pobre hombre cómo está sufriendo, le va a dar un ataque! Evelyn no pudo hacernos esto, ¿cómo fue capaz?

Edmund pensó con calma en lo ocurrido. Estaba furioso y por un instante pensó en hacer una locura: ir a Gretna Green y matar a ese ladrón de novias, porque se la había robado, como un zorro, desde las sombras, fingiendo

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