Caminante Sangriento by C. L. Werner

Caminante Sangriento by C. L. Werner

autor:C. L. Werner [Werner, C. L.]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00


-He recorrido un largo camino- dijo, instando a Rencor a seguir adelante. -Mi primera prioridad es la comida y el descanso. Podemos discutir cualquier deficiencia en vuestra cortesía más tarde.

El noble dirigió su más ferviente mirada al sonriente castellano. Era una mirada para que nunca dejase de enviar sirvientes y criados apresuradamente para llevar a cabo sus exigencias.

El castellano, sin embargo, simplemente continuó sonriendo. Cuando Malus vio al elfo mirar de reojo a sus soldados, el noble pateó sus espuelas sobre los flancos de Rencor. Sea cual sea la artimaña que el castellano estaba haciendo, él sería la primera víctima de ello.

Sin embargo, antes de que Rencor fuera más allá de unos pocos metros, el gélido se estrelló contra los adoquines. Al acercarse al fuerte, Malus se había acercado a los soldados. A instancias del castellano, estos habían desplegado sus manos, lanzando lo que parecía polvo, al otro lado del camino. El avance de Rencor le llevó de lleno a una nube de color amarillo.

Malus reconoció el polvo tan pronto como notó su color. Era el polvo usado por los cazadores, para someter a los gélidos en sus guaridas subterráneas. Tenía un efecto soporífero sobre el gélido, dejándolos indefensos durante horas. Rencor se desplomó bajo Malus, abatido tan rápidamente que ni siquiera emitió un sonido. El noble intentó lanzarse de la silla, pero era demasiado lento para saltar. Cuando Rencor se estrelló contra el suelo, su pierna quedó atrapada bajo su montura.

-¡Cogedlo vivo!- gritó el castellano a sus soldados. -¡No vale nada muerto!

Malus arrancó su espada de su vaina, atravesando el brazo del primer soldado que se le acercó. Luego sintió un intenso dolor punzante que le atravesó el cráneo, cuando el pomo de una espada se estrelló contra la parte posterior de su cabeza. La descarga le entumeció los dedos y antes de que pudiera recuperarse, otro soldado estaba luchando contra la Espada de la Disformidad con su debilitada empuñadura.

-Intentar no dañar su cara- ordenó el castellano mientras una multitud de soldados, usaban los puños y los pomos de sus espadas, para someter a Malus. -El Drachau querrá reconocer a Darkblade cuando sea ejecutado.



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