Bajo el esquirlado cielo de Escocia by Helena Pinén

autor:Helena Pinén [Pinén, Helena]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Histórico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-03-06T00:00:00+00:00

14

El vestido que Thane le acababa de regalar era precioso. Lo cogió de los hombros para ponerlo frente a ella en todo su esplendor. Era de un bello color azulado, con flores doradas bordadas en el escote y en las muñecas de la manga. En los bajos de la falda, las flores eran doradas, plateadas y de un intenso color azul que le recordaba a los zafiros que a veces llevaba lady Warfield abrochados en las orejas. Era elegante a la par que sencillo. Delicado para una boda, pero no lo suficientemente exuberante para demostrar que aquella ceremonia era todo cuanto deseaba Nessie.

Era el vestido más hermoso que había visto jamás. Hasta le arrebató el aliento imaginarse con él.

Su padre no quería que su hija fuera ostentosa y se reservaba para él los ropajes caros y las joyas lujosas, dilapidando así su salario anual, medianamente decente. Obligadas a vivir como pordioseras, Nessie nunca había llevado algo tan bonito y su madre jamás había podido confeccionar algo semejante.

Iba a sentirse como una princesa usándolo.

—Gracias.

Se giró hacia Thane, abrazando contra el pecho el vestido. Él le sonrió nuevamente, aunque esa vez fue con ternura. Se acercó y le secó con el pulgar las lágrimas silenciosas que se habían escapado de sus ojos. No se había dado cuenta de que estaba llorando.

—No hay de qué, mo bhana-phrionnsa. —El escocés le arregló el pelo—. Voy a pedir a Constantine que te ayude a prepararte, ¿de acuerdo?

Con aquellas palabras tan sencillas, Nessie comprendió que no podía escapar de su destino y que este era hacer una promesa de amor a Thane en las próximas horas. Iba a suceder y ella no podía impedirlo. Lo había acordado siendo consciente de sus actos, y ahora debía cumplir con su palabra.

Debía aceptar que sus actos tenían consecuencias, y el handfasting era una de ellas.

—¿De verdad vamos a casarnos?

—Eso parece, Nessie… Eso parece.

La dejó sola tras echarle una última mirada. Si no fuera porque aquello era una mentira del tamaño de Gales, Nessie estaría dando saltos de alegría. Sin embargo, se sentía de camino al matadero y no podía evitarlo. Iría bien engalanada gracias al vestido de Thane, eso sí.

Constantine apareció a los pocos minutos, con una sonrisa de oreja a oreja que le daba más luz a su rostro blanquecino. Estaba más exultante que la propia novia, aunque eso no era complicado de conseguir, dado su bajo nivel de ilusión ante su inminente boda.

Le hizo comer un poco de sopa, queso y conejo guisado. Decía que una novia no podía ir con el estómago vacío al altar. La emoción de ser desposada y usar un selecto vestido, preparado para la ocasión, podrían provocarle fuertes dolores en la barriga hasta el punto de provocar un desvanecimiento. Exageraciones en opinión de Nessie, pero no quiso discutir.

Tras asegurarse de que no dejaba nada en el plato, le quitó la ropa y la ayudó a asearse. Encantada con sus tareas de doncella por unas horas, Constantine le echó agua de rosas en

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