Amari y el gran juego by B.B. Alston

autor:B.B. Alston
La lengua: spa
Format: epub
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2022-12-26T07:41:32+00:00

Cuando regresamos a la Agencia ya es la hora de comer, así que por hoy ya hemos terminado la sesión de Prácticas sobre el Terreno. Tristan refunfuña y se marcha en busca del director Van Helsing para quejarse de que al estar conmigo tiene menos oportunidades de conseguir una estrella dorada. Por desgracia para él, el director está ayudando a los agentes sénior y a los agentes júnior que han luchado contra el carcolh a quitarse la baba.

Lara baja a su habitación para dejar a la silueta. Me he ofrecido a quedármela, ya que traerla aquí ha sido idea mía y, además, me gustaría tener un secreto que pueda compartir con Elsie, pero Lara ha insistido en que su habitación es mejor porque no tiene ninguna compañera.

Después de comer tengo otra clase de Tutoría Privada con Maria. Nada más entrar en la sala de reuniones lo suelto todo.

—¡He perdido el primer reto! Pero solo porque me han engañado para creer que Dylan estaba allí. No podía estar preparada para eso, porque... ¿cómo te preparas para algo así?

Maria se me queda mirando durante un segundo antes de decir:

—¿Ya ha habido un reto?

Asiento.

—Entonces ¡me alegro de que estés bien! —dice poniéndose en pie de un salto. Se me acerca y me abraza—. No me puedo creer que el Gran Juego ya haya empezado.

Estoy perpleja. Sé que a Maria no le entusiasma la idea de que yo participe en el Gran Juego, pero pensaba que al menos querría que ganara. Al fin y al cabo, es la mejor oportunidad que tengo de salvar a Quinton e impedir que Dylan se quede la corona.

Frunzo el ceño.

—¿No deberías estar enfadada conmigo porque he perdido un anillo?

Maria se aparta y me mira a los ojos.

—De hecho, me alivia que no te hayas enfrentado cara a cara con Dylan. No estás preparada para eso, ni de lejos. El verano pasado conseguiste derrotarlo, pero básicamente porque te subestimó. No volverá a cometer ese error.

—O sea, crees que no tengo posibilidades de ganar. —Es más una afirmación que una pregunta. Y la idea me resulta dolorosa—. Y por eso no querías que participara en el Gran Juego. Crees que voy a perder.

A Maria se le ensombrece la expresión.

—No es que no crea en ti, Amari, pero es que Dylan te saca mucha ventaja. Mi hermano lleva desde los siete años estudiando magia. Está obsesionado con todo lo que tenga que ver con los magos. Hasta podría abrir un pequeño museo con su impresionante colección de libros de magia y artefactos mágicos.

—Todo eso ya lo sé —digo—. Es la causa de que los vientos susurrantes consiguieran engañarme... Le tengo pavor a Dylan. ¿Qué voy a hacer?

—Te prepararé tal y como acordamos —responde Maria—. Y lo primero que tienes que aprender es a defenderte. Siéntate.

Me dejo caer en una silla, frente a una mesa pequeña, mientras Maria rebusca algo en su bolso. Está roja y los dedos le tiemblan ligeramente cuando por fin saca un libro encuadernado en piel que parece bastante usado.

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