Voto Electrónico: una solución en busca de problemas by Beatriz Busaniche

Voto Electrónico: una solución en busca de problemas by Beatriz Busaniche

autor:Beatriz Busaniche
La lengua: spa
Format: epub, mobi
publicado: 2017-03-20T00:00:00+00:00


De imprentas e impresoras

El sistema actual no es perfecto: es cierto que es problemático y costoso distribuir las boletas a todos los cuartos oscuros, y que sería muy bienvenida una alternativa superadora a semejante desafío logístico, especialmente para los partidos chicos. Pero superadora de verdad, no solo aparentemente. Si vamos a informatizar, pensemos en lo que pasa después de votar, desde hacer un conteo asistido de los votos hechos en papel a cosas mínimas como disponer de un procesador de texto y una impresora en los cuartos oscuros para que las actas no sean manuscritas y haya menos errores de transcripción.

Muchas veces se revolea el argumento de que las máquinas de votación son solamente impresoras. Es un argumento casi gracioso porque las impresoras de hoy en día son solamente otro tipo de computadoras y, como tales, también tienen memoria. Y pueden usar esa memoria para registrar que, por ejemplo, el primer votante votó por A, el segundo por B, el tercero por A de nuevo, y así siguiendo. Con el simple expediente de ir contando, todos los fiscales partidarios pueden saber quién votó primero, quién segundo, etcétera. No solo los fiscales, basta con poner a un chabón a fumar en la puerta del cuarto oscuro. Es decir, no alcanza con que el sistema no manipule los resultados, también hay que garantizar que no registre información de más.

Y la verdad es que en este caso hace falta poca memoria, o casi ninguna: en cada cuarto oscuro votan unas 300 personas; ese número se codifica con solo 9 bits.

Si no te resulta obvio que el número 300 se codifica con 9 bits, es un claro ejemplo de cómo el sistema que estamos discutiendo también te dejó afuera a vos, una persona probablemente educada, curiosa e informada, pero que no tiene conocimientos específicos sobre computación. Qué loco pensar que con esas mismas condiciones sí podrías auditar todo el proceso de voto en papel: saber leer, ser curioso y educarte respecto del proceso de fiscalización (algo que demora minutos).

Decíamos que alcanza con 9 bits, 9 puntitos escondidos en cualquier parte de la boleta en papel para saber a quién votó cada persona. Si alguien va contando en qué orden vota cada uno de los electores, luego, cuando recuperan las boletas en papel, se miran esos 9 puntitos mínimos, escondidos con algo de cautela, tal vez en el borde de una letra, tal vez simulando ser una mancha de tinta, y se puede reconstruir a quién votó cada elector. ¡En tu cara, Sáenz Peña!



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