Steinbeck y México by Adela Pineda Franco

autor:Adela Pineda Franco
La lengua: eng
Format: epub
ISBN: 9786078560509
editor: Bonilla Artigas editores
publicado: 2018-05-15T00:24:02+00:00

Desde su aparición, la perla se manifiesta como un objeto casi mágico, cuyas alusiones sexuales y quiméricas reverberan en el espejismo de la visión: “La carne labiada se contrajo y luego se asentó. Kino la levantó, y allí estaba la gran perla, perfecta como la luna. Atrapaba la luz y la refinaba y la devolvía en una incandescencia de plata” (36-37). La perla reactiva el motor del deseo, de las expectativas sin fin, porque se manifiesta con el carácter sublime del dinero, es decir, bajo el influjo de una cualidad que va más allá de su carácter material. La novela construye un marco de fantasía para posibilitar el efecto seductor de la perla al insistir en su singularidad. Según el filósofo Slavoj Žižek ( Sublime Object, 118-124), lo que hace que un objeto se transforme en un objeto de deseo, lo que le otorga una cualidad desconocida, ese algo que es más que el objeto, es el marco que la fantasía ha creado en derredor suyo. La fantasía es entonces una escena construida con el propósito no de satisfacer deseos, sino de crearlos. Es a través de la fantasía que se desea. Por otro lado, la fantasía es un marco para coordinar el deseo pero, paradójicamente, también es la pantalla que esconde un exceso de goce, el espacio vacío de la imposibilidad fundamental de satisfacer el deseo, porque éste es sólo resultado de la fantasía que lo implica. 24 En la novela, el valor de la perla se supone fuera de la mercancía-perla, por ello es descrita como una excepcionalidad e incluso como una monstruosidad. Este marco de fantasía también responde a las connotaciones sobrenaturales con que se describe el hallazgo de su encuentro y su posterior desaparición, la cual se describe en estos términos: “Un cangrejo que corría por el suelo levantó una nubecilla de arena, y cuando ésta se posó, la perla ya no estaba. Y la música de la perla derivó hacia un susurro y desapareció” (132).

Nótese, por otra parte, que inicialmente Kino va en busca de perlas para costear el tratamiento médico de Coyotito que ha sido picado por un escorpión. Sin embargo, la posesión de la perla lo separa paulatinamente de esta motivación inicial. Desde el momento en que Kino se hace poseedor de la perla, se convierte en “el enemigo de todos” (43-44). Kino se torna en fugitivo al ser asediado por todo el pueblo, pero también porque él ha asediado. Víctima y criminal a la vez, Kino expone el antagonismo como principio fundamental de las relaciones que el capitalismo establece entre los hombres. De esta manera, Kino ingresa al campo de una economía libidinal que se convoca a través del sentido de la vista. A lo largo de la trama, la perla es descrita como un producto de la percepción que reactiva el trabajo del inconsciente, puesto que en su superficie se ven “formas de sueño” (37). La perla se constituye entonces en: “ los cálculos, los esquemas, los planes, los futuros, los deseos, las necesidades, los apetitos, las hambres de todos” (43).

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