Stay Gold: No dejes de ser tú mismo by Tobly McSmith

autor:Tobly McSmith [McSmith, Tobly]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Juvenile Fiction, Readers, Chapter Books, General
ISBN: 9788418027307
Google: 5kIgEAAAQBAJ
editor: Fandom Books
publicado: 2021-01-20T23:00:00+00:00

NUEVE

MIÉRCOLES, 25 DE SEPTIEMBRE

GEORGIA, 18:10

Deja de comerte mis patatas. Deja de comerte mis patatas. DEJA DE COMERTE MIS PATATAS.

—No te importa, ¿verdad, hermana? —pregunta Izzy, diez patatas más tarde.

—Come todas las que quieras, hermana —contesto, apretando los dientes.

—Correcto —dice.

Tradición de animadora #3478: las mentoras del último curso deben ser como hermanas. Izzy es una «hermana pequeña» decente, y yo soy una «hermana mayor» terrible, pero estoy intentando hacer bien las cosas trayéndola conmigo después de un entrenamiento brutal. Las animadoras han cogido una mesa de pícnic en mitad del Sonic en hora punta. Todo el equipo está aquí, pasándoselo bomba.

Estoy dedicando mi tiempo a Izzy y a su futuro. Tutelar a la juventud de hoy es un acto desinteresado por mi parte, pero no me importa; últimamente me sobra el tiempo. Llevo sin estar con un chico desde que Pony rechazó mi amistad y me soltó la bomba sobre Jake y Taylor. El universo se está asegurando de que cumpla mi propósito de «no salir con nadie este año», me guste o no.

La temporada de fútbol me ha tenido muy ocupada. Y también el instituto, supongo. Pero, sobre todo, mi tiempo y mi energía han estado volcados en mi escritura clandestina para el Reportero. La señora Randolph accedió a que publicara sin firmar los artículos, considerando que eso podría generar más misterio.

A modo de broma, escribí unas quinientas palabras sobre la comida de la cafetería. Para mi sorpresa, el mordaz artículo de opinión titulado «Lunes de sloppy joes» que redacté como si fuera una crítica gastronómica a un restaurante de moda salió publicado (por «Anonymous») la semana siguiente. En serio, nadie lee el periódico del instituto, pero me sentí como si estuviera caminando sobre las aguas al leer mis palabras a la vista de todo el mundo.

Después de eso, me reuní con la señora Randolph y estudiamos algunas ideas para mis historias. Me dijo que el artículo sobre los sloppy joes había tenido el índice de visitas más alto de su historia. Me puedo imaginar lo que eso significa. Diez visitas, ¿quizá? Once como mucho. Ya he publicado otro artículo y estoy trabajando en un tercero para exigir hacer yoga con cabras en clase de gimnasia una vez a la semana.

Mia grita mi nombre, devolviéndome a la tierra. Está en el extremo de la mesa, agitando la mano y sosteniendo su teléfono. Momento foto. Paso mi brazo alrededor de Izzy y sonrío. Mia hace un par de fotos y me muestra el pulgar hacia arriba. Ha llegado la hora de impartir un poco de sabiduría en una mente joven aún en formación.

—Izzy, eres una gran animadora. Tienes por delante unos años brillantes.

—Correcto —contesta.

Recuerdo cuando estaba en la piel de Izzy y trataba de ser genial para impresionar a las mayores. Decía lo primero que se me venía a la cabeza para llegar hasta ellas.

—Iz, ¿tienes alguna afición? ¿Alguna cosa que hagas además de dedicarte a ser animadora?

—Mmm, salir por ahí. Hablar con chicos. Mis padres me obligan a pasar tiempo con ellos.

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