Sonsoles by Clara Ann Simons

autor:Clara Ann Simons [Simons, Clara Ann]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Erótico, romance, romántico, romance lésbico, lesbic, lésbico, novela erótica, LGTBIQA+
editor: Amazon Digital Services LLC - KDP Print US
publicado: 2022-08-24T22:00:00+00:00

La decisión

V er a Lucía llorando a mi lado, con carita de desprotegida es más de lo que puedo soportar, nos abrazamos con fuerza mientras retiro un mechón de pelo de su frente para volver a besarla.

—Eres preciosa, Lu.

—Tú sí que eres preciosa y dulce, y cariñosa, y me has defendido jugándote tu puesto de trabajo—reconoce entre sollozos.

—A mi amiga Lucía no la toca nadie.

—¡Has puesto cara de asesina! —bromea por fin sonriendo.

Una vez más relajadas, nos abrazamos, reímos, nos besamos, me coloco sobre ella mientras muerdo sus labios y los recorro con mi lengua al tiempo que Lucía pasa sus manos por debajo de mi pantalón de pijama agarrando mis nalgas.

—No llevas bragas—exclama sorprendida.

—No me gusta dormir con ellas. ¿No te has fijado que me las había quitado? —pregunto decepcionada.

—No.

—Ah, muy bien; así que me quedo delante de ti con el culo al aire y ni siquiera te fijas en mí. Pues vaya plan, nena.

—Eres tonta, estaba muy enfadada en ese momento. No pensaba en otra cosa, además, sabes que me vuelve loca ese culete tan redondito que tienes—responde mientras me da un azote cariñoso en el culo que hace que se me olvide todo.

Clava sus uñas en mis nalgas mientras nos besamos y una de sus manos sube hasta mis pechos con sus dedos jugando con mis pezones para después incorporarse y, uno a uno, desabrochar los botones de la parte de arriba de mi pijama.

—Qué pechos tan bonitos tienes, Sonsoles—comenta sin quitarles ojo.

—Estás tú para quejarte.

—No me quejo, me gustan mucho mis pechos, solo digo que tienes unos pechos preciosos. Y esos pezones tan duros del color del chocolate con leche me vuelven loca, que lo sepas—admite con una preciosa sonrisa.

Su mano derecha se desliza por mi vientre con esa suavidad que solamente ella puede lograr, hace círculos alrededor de mi ombligo, bajando hasta mi pubis y me deja con las ganas para volver a subir y acariciar mi vientre de nuevo.

Lucía parece saber lo que necesito en cada momento. Sus caricias, a la vez sensuales y excitantes, me vuelven absolutamente loca.

Ahora son mis dedos los que juegan con sus pezones, acercando mi boca los beso con suavidad, alternando entre ambos mientras se endurecen aún más al sentir el contacto de mis labios y mi lengua.

—Tienes unos pezones súper sensibles, hay que dedicarles tiempo—le digo susurrando.

—Menos mal que alguien se da cuenta—admite cerrando los ojos.

Me sonríe, sus ojitos azules me dedican una mirada llena de dulzura mientras el reverso de su mano acaricia con suavidad mis pechos.

Me da un poco de pena lo que acabo de escuchar, tiene la suerte de tener unos pezones hiper sensibles, que requieren mucha atención y nadie se la da.

—Lu, ¿Puedes tener un orgasmo acariciándote los pezones? —pregunto curiosa.

—¿Eso se puede?

—En teoría sí. Yo ya te digo que no puedo y nunca he estado con una chica a la que le haya pasado, pero sí se puede. En tu caso, estoy casi segura, nunca había estado con una mujer con los pezones tan sensibles—confieso haciendo círculos sobre su areola.

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