Mi querida secretaria by Barbara Dunlop

autor:Barbara Dunlop
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2012-09-12T22:00:00+00:00

Capítulo Ocho

Jenny continuaba aturdida por las palabras de Mitch mientras seguía a Emily y a Cole al interior de la casa de este.

–¿Qué os pasa a los hombres? –le preguntó Emily a Cole mientras cerraba la puerta tras de ellos.

–No nos metas a todos en el mismo saco –le advirtió Cole, entrando en el salón.

Luego señaló hacia unas escaleras y miró a Jenny.

–Tengo tres habitaciones. Puedes escoger la que quieras. No voy a permitir que te vayas a un hotel, ni esta noche ni ninguna otra.

Jenny le estaba muy agradecida. Estaba cansada y se sentía dolida, solo quería que aquella noche terminase.

–Se ha comportado como un cretino –continuó Emily.

–No vas a conseguir discutir conmigo –le advirtió Cole.

–¿Creéis que debería dejar el trabajo? –les preguntó Jenny, intentando guardar la compostura.

–No –le respondió Emily.

–Se irá él antes –dijo Cole–. ¿Alguien quiere vino? ¿Whisky? ¿Cerveza?

Jenny sabía que Mitch le había querido dejar claro que no estaba interesado en tener una relación, pero, a pesar de todo, no podía sacárselo de la cabeza. Y verlo todos los días solo empeoraría las cosas.

–No me veo capaz de enfrentarme a él –le dijo a Emily.

–Tendría que ser al revés –espetó su amiga.

Tal vez tuviese razón, pero no era la realidad.

–¿Crees que daría buenas referencias de mí?

Cole tomó una botella de cristal con un líquido ambarino.

–Yo te daré las referencias. Y el trabajo. Solo tienes que pedírmelo, Jenny. Dime qué quieres hacer y te lo conseguiré.

Jenny no pudo evitar sonreír a Cole. Se sentía mucho mejor rodeada de amigos incondicionales.

–¿Conoces a algún chico simpático, Cole? ¿Queda alguno libre en el mundo?

–Yo soy un chico simpático –le respondió él.

–¿Saldrías conmigo?

–Por supuesto –respondió, mirando a Emily.

Jenny sonrió.

–O, mejor, ¿no tienes algún amigo? Podríamos salir los cuatro juntos.

–¿Perdona? –intervino Emily.

Jenny la ignoró.

–Cualquiera menos Mitch.

–¿Quieres que te busque pareja? –le preguntó Cole.

–Eso es.

–Conmigo no contéis para esto –les advirtió Emily.

Cole le dio un vaso con whisky.

–Nadie te ha pedido tu opinión.

–Os la voy a dar de todos modos.

Él la miró a los ojos.

–Elije la hora, la fecha y el lugar. Haremos lo que tú quieras.

Emily lo fulminó con la mirada.

–El lugar no es el problema.

–Entonces, ¿cuál es el problema?

–Tú –espetó ella.

–Casi no me conoces –contraatacó Cole.

–Eres bajito.

–Soy más alto que tú.

–Ja.

–Siempre y cuando no lleves demasiado tacón, claro. Dime, ¿adónde quieres que vayamos?

–A ninguna parte.

Jenny observó la discusión fascinada, preguntándose quién ganaría.

–¿Vas a abandonar a tu mejor amiga cuando más te necesita? –le preguntó Cole a Emily.

–Jenny no tiene nada que ver con esto.

–Voy a buscarle pareja, le han roto el corazón y voy a ayudarla a recomponerlo.

–No tengo el corazón roto –intervino Jenny.

Tal vez herido, eso sí.

–No tiene el corazón roto –repitió Emily.

–Me ha pedido que le busque pareja.

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