La playa de los dragones by Gregg Dunnett

autor:Gregg Dunnett [Dunnett, Gregg]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Juvenil
editor: ePubLibre
publicado: 2021-05-05T00:00:00+00:00

CAPÍTULO TREINTA Y UNO

* * *

Trabajaron juntos en el informe y West prestó especial atención a que no hubiera afirmaciones que no estuvieran respaldadas por las pruebas. Dividieron el informe en varias partes.

Había muchas pruebas que sugerían que Billy Wheatley era el responsable del ataque a las instalaciones de Fonchem. Los registros de los coches de alquiler, y los datos de su ordenador, demostraron que utilizó un carné falso para alquilar un coche que luego reservó en el ferri de la isla de Lornea el día anterior al ataque. Luego se le vio salir de la isla, el día después del atentado. En total se identificaron dieciséis de sus huellas dactilares en los fragmentos restantes de la carcasa de la bomba, lo que indicaba sin duda que al menos estuvo presente cuando se fabricó el artefacto, aunque no se pudiera demostrar que fuera él el responsable de su fabricación. El único rastro de huellas de botas, y su pequeño tamaño, que seguro que vio el guardia de seguridad que acabó asesinado, coincidía con el número de pie de Wheatley. Y Wheatley tenía una campaña contra Fonchem, algo que ni siquiera trató de ocultar, lo que pudo haber proporcionado un motivo para el ataque.

La autopsia del guardia de seguridad ya había confirmado que había muerto por la detonación al estallar el artefacto. Había causado tanta destrucción que era imposible determinar con exactitud lo que había sucedido. Era posible que Wheatley hubiera programado el artefacto para que explotara cuando el guardia se acercase o que hubiera sido un desgraciado accidente ya que en ninguno de los otros lugares donde se colocaron bombas hubo heridos ni muertos.

Las entrevistas realizadas a todos los que habían conocido a Wheatley durante su breve estancia en la universidad habían contado la misma historia. Billy era un chico tranquilo y educado, estaba claro que era muy inteligente, pero también reservado, y parecía estar más interesado en sus propios proyectos que en participar en las actividades típicas de los estudiantes de primer año. En qué consistían tales proyectos no lo había compartido con nadie. Tenía un aire diferente. Arrogante era una palabra que surgía a menudo. Parecía bien capacitado para llevar a cabo los trabajos que le ponían, pero no parecía motivado por ellos. Su asistencia a las clases había empezado bien, pero había decaído en las semanas anteriores al ataque.

El equipo informático que recuperaron en el piso de estudiantes de Wheatley reveló una ausencia de información que no era solo interesante sino que en cierto caso también levantaba sospechas. Había instalado y empleado una serie de programas y dispositivos diseñados para evitar dejar cualquier tipo de rastro electrónico. Se descubrió que su teléfono móvil, que nunca recuperaron, tenía un programa que proyectaba una posición falsa a cualquiera que intentara rastrearlo. Aunque este programa era legal, otros programas y aplicaciones instalados no lo eran. En total, parecía haber hecho un esfuerzo considerable para dejar rastros falsos y ocultar su ubicación física y sus verdaderas actividades en línea. Se consideró

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