Investigaciones y conjeturas de Claudio Mendoza by Luis Goytisolo

Investigaciones y conjeturas de Claudio Mendoza by Luis Goytisolo

autor:Luis Goytisolo [Goytisolo, Luis]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 1985-10-12T00:00:00+00:00


Acotaciones

JAIME PIQUET 41. El número 41 de la calle Jaime Piquet no existe. De niño, cuando no sólo existía sino que era mi domicilio, recuerdo que más de un viandante desorientado, que se había recorrido la calle sin encontrar el número que buscaba —⁠invariablemente alguno de los veinte o veinticinco primeros⁠—, al recabar finalmente mi ayuda, recibía una explicación similar, en líneas generales, a la que sigue: la calle Jaime Piquet estaba escindida en dos tramos por el paso del tren de Sarriá y los jardines y huertos de un convento de monjas. El primer tramo pertenecía y pertenece al casco antiguo de Sarriá; el segundo, entre Anglí y Ganduxer, al barrio residencial de Tres Torres. Hacia finales de los años cuarenta, el ayuntamiento pareció renunciar a preservar el mito de la unidad y, conservando la misma numeración, bautizó al segundo tramo de Jaime Piquet con el nombre de Pablo Alcover. Más recientemente, la casa en la que nací y en la que viví cerca de treinta años, fue vendida; derruida y sustituida por un lujoso bloque de apartamentos acerca de cuya estética será mejor no hablar.

Ése fue el escenario central de mi infancia y, en menor medida, puesto que vivieron allí menos años, de mis hermanos mayores. Una medida que discurre en sentido inverso a la edad de cada uno: menor para los mayores, Marta y José Agustín. Para Juan, pese a ser el primero en marcharse —⁠aunque José Agustín y Marta no tardaron en hacer lo mismo⁠—, la importancia de esa casa fue sin duda mayor que para ellos, Juan estaba ya allí cuando yo vine al mundo y, aunque la guerra supuso una solución de continuidad para todos incluso en lo que a la casa se refiere, en 1939 seguía siendo un niño. La condición de escenario predominante de Jaime Piquet 41 en la primera parte de Coto Vedado así lo pone de manifiesto. Ahora bien: ¿era la casa tal y como la describe y, sobre todo, eran así el ambiente que allí se respiraba y el carácter de las personas que la habitábamos? A mi entender, no. A mi entender, la visión de Juan viene filtrada por dos hechos fundamentales: el contraste entre la primera época de Jaime Piquet 41 —⁠que yo no recuerdo⁠—, antes de la guerra, cuando vivía nuestra madre, y el Jaime Piquet 41 de después de la guerra, cuando ya no vivía nuestra madre. Y, en segundo lugar, el progresivo deterioro de la casa en sí y de los viejos que en ella vivían, más perceptible cuando uno ve las cosas a saltos, sólo de vez en cuando. Por otra parte, mis propios resúmenes relativos a la marcha de la casa, la síntesis de datos que yo le exponía cuando, por ejemplo, nos veíamos en París, contribuyeron sin lugar a duda a reforzar esa impresión de decadencia.

¿Quiere eso decir que la imagen que ofrece Juan en Coto Vedado es errónea y que yo voy a dar la certera? En absoluto. Se trata solamente de otra imagen y, sobre todo, de otra interpretación.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.