Gancho ciego by Antonio Flórez Lage

autor:Antonio Flórez Lage [Flórez Lage, Antonio]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2021-09-01T00:00:00+00:00

8

Jonás no se fía de nadie. Desde que ayer escuchó el silbato cuando salía del Puerto con la droga del gancho ciego en el maletero, está atacado. Ha tenido que duplicar la dosis de ansiolíticos. Aunque todos le han asegurado que el guardia civil estaba llamándole la atención a otro conductor y no a él, no logra tranquilizarse. Puede que se esté volviendo paranoico, pero es que los encargos cada vez son más extravagantes. Ayer sacó droga; lo de hoy es mucho peor.

Suena su teléfono.

—Tienes que salir ya mismo —le ordena el Gallego—. No te preocupes por nada, todo está perfectamente organizado.

Como se encuentra estacionado junto a la salida, apenas tarda unos segundos en colocarse en la fila frente al control. Se ha tomado una dosis doble de ansiolíticos, pero el sudor es tan intenso como siempre. Se seca continuamente con el trapo que guarda sobre el asiento del copiloto. Ya huele, tiene que lavarlo… Mientras avanza, duda si lo que transporta es lo típico que dejan que pille la Guardia Civil como señuelo o si es algo importante que debe salir a toda costa. Es una pregunta sencilla y su vida depende de la respuesta.

Según se acerca al control, ve que un Fiat rojo intenta salir por la parte de los vehículos pesados. Parece una maniobra para cubrirlo, el Gallego hace bien su trabajo. Pero cuando descubre que el agente de la barrera lo deja pasar sin inmutarse, se queda bloqueado. Esa es una mala señal. Mira de nuevo al coche rojo, que parece desconcertado y no se acaba de incorporar al tráfico de la ciudad. En ese momento, ve que el picoleto hace que se baje el dueño del coche que está tres posiciones por delante de él. Conoce a este tipo, su melena rubia y sus orejas son inconfundibles: es el encargado de sala de Friomil. El hombre parece muy nervioso y se resiste a abrir el maletero… ¿Qué está pasando?

Ante la insistencia del guardia civil, el otro finalmente cede. El encargado de Friomil reacciona de una forma extraña. Se lleva las manos a la cabeza y el picoleto muestra una actitud de alarma. De inmediato, irrumpen otros tres guardias civiles y sacan algo del coche. Parecen mochilas de las que se usan para la droga. Enseguida se llevan al encargado esposado.

Mira por el retrovisor la enorme fila de coches que espera para salir del Puerto, se ha montado un atasco monumental. Aparecen más agentes y habilitan un nuevo carril para acelerar la salida.

Jonás está a punto de salir cuando escucha un ruido procedente del maletero, el tigre se está despertando.

Aterrorizado, intenta tragar saliva, pero no puede; tiene la boca demasiado seca.

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