Gamberro y caballero by Miguel Lago

autor:Miguel Lago
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Humor
publicado: 2017-03-06T23:00:00+00:00

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ODIO LAS REUNIONES ESCOLARES

Las reuniones de padres en el colegio de tus hijos son infernales. Matizo lo de «el colegio de tus hijos», porque no concibo que haya gente que vaya a reuniones de padres en otros colegios donde no están sus hijos, aunque es cierto que hay gente para todo.

La primera vez que tuve que sufrir una, me llevó arrastrado mi esposa. Como habréis podido comprobar a lo largo de estas páginas, ella es la razonable en mi casa, la responsable, yo soy un descerebrado antisocial que cada día está peor de la cabeza… pero muy feliz.

El caso es que nuestra hija entraba en el cole por primera vez y la reunión de padres previa era de presencia obligada. Hasta este punto me parece razonable, veamos, nadie nace enseñao, de manera que considero correcto que cuando tus hijos cumplen los reglamentarios tres años y acceden al sistema educativo, pues oye, «una poca de reunión» se puede aceptar.

Reunirte en un aula de infantil ya te humilla desde la mismísima puesta en escena, mi flamante 1,83 se tiene que sentar en una silla infantil. Ya cabía con problemas en las del instituto, imagina en estas, realmente no sabes cómo ponerte, la espalda te la destroza, así que traté de estirar las piernas pero me daba con la señora que tenía delante, encogerlas tampoco era una opción porque las rodillas me quedaban al lado de las orejas. En esta bella pelea entre mi cuerpo y la puñetera silla pasaron dos horas, sí, quien haya acudido a alguna de estas torturas sabe que no exagero.

La profesora primero explicó a grandes rasgos en qué iba a consistir el curso. De ahí pasamos a tomar nota del material que había que adquirir. Para ser exactos, se podría ventilar todo en veinte minutos, pero eso sería dejando a un lado el momento estrella que alarga cualquier reunión: los ruegos y preguntas.

Esta reflexión podría estar perfectamente encuadrada en el bloque dedicado a «gente que sobra», pero como está la paternidad por el medio lo he dejado aquí… Vamos a ver, ¿por qué en todas estas reuniones hay gente que pregunta soberanas estupideces? ¿Por qué dejan que esta gente se relacione con otras personas?

Voy a poner un par de ejemplos breves de la estupidez de la que hablo y creo que no necesito recalcar la absoluta veracidad de esta conversación:

—PROFESORA: Para identificar a qué clase pertenece cada niño de una manera rápida a la hora del recreo coseremos en el pecho del baby una tira de color rojo, los de la clase de al lado la llevan verde, el otro grupo azul… nosotros rojo.

—MADRE 1: ¿Una tira cómo?

—PROFESORA: Pues de tela o cualquier material, que esté bien visible.

—MADRE 2: ¿Puede ser verde? Es que tengo tela verde.

—PROFESORA: No, debe ser roja, que es el color de nuestro grupo.

(Madre 2 resopla)

—MADRE 1: No entiendo, ¿una tira cómo?

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