El trono de los caídos by Kerri Maniscalco

El trono de los caídos by Kerri Maniscalco

autor:Kerri Maniscalco [Maniscalco, Kerri]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico, Intriga, Juvenil
editor: ePubLibre
publicado: 2023-01-02T00:00:00+00:00


El túnel bajo la casa de la Pereza era exactamente lo que uno debería esperar de un laberinto subterráneo en lo profundo de las entrañas del inframundo, hogar de criaturas tan terribles que no buscaban la luz.

Se había excavado en la piedra cubierta de escarcha para formar las paredes del túnel. El pasillo era lo bastante estrecho para que el hombro de Camilla rozara el del príncipe mientras caminaban en silencio.

Envy había hecho que Sloth hechizara su capa para que regulara la temperatura, asegurándose de que no moriría congelada, pero el aire estaba siendo inclemente con su cara. El demonio llevaba una antorcha sin llama, que no ardía pero sí proporcionaba suficiente luz para poder ver.

En muchos lugares, las paredes de piedra presentaban marcas de garras y estaban salpicadas con lo que probablemente hubiera sido sangre en otros tiempos. No había huesos ni esqueletos… A Camilla le dio la impresión de que fuera lo que fuese lo que habitaba en las profundidades del reino no dejaba atrás tales delicias.

De vez en cuando, escuchaban gritos a lo lejos.

Una vez, cuando un aullido tan terrible que la hizo temblar rasgó el aire, Envy se llevó un dedo a los labios y le dio la mano para tirar de ella hacia delante por otro sinuoso pasillo, sin ralentizar su ritmo agotador hasta que los infernales lamentos se convirtieron en una pesadilla lejana zumbando en sus oídos.

No la había soltado después de eso.

Cuanto más se acercaban a la tierra debajo de lo que Envy había llamado las Tumbas Llameantes, más frío hacía, como si el mundo mismo advirtiera a los viajeros de que se alejaran de allí.

Camilla había pensado que la cosa no podía empeorar más, pero quedó demostrado que estaba equivocada. Si no hubiera sido por la capa mágica, se habría congelado.

Le escocían los ojos y las lágrimas se le helaban en las mejillas. El pánico la hizo querer llorar más fuerte.

¿Se me congelarán los ojos?

Envy la colocó de repente frente a él y le limpió las lágrimas con los pulgares. La piel le entró en calor de inmediato, caldeada por su toque mágico.

—Respira, señorita Antonius. El propósito del túnel es inducir miedo. Golath se alimenta de él.

Otro pensamiento poco reconfortante.

El príncipe esperó hasta que logró calmarse; una hazaña que resultó más difícil de lo que hubiera podido imaginar.

Tras otro momento, Camilla asintió y continuaron, y se sintió ligeramente mejor.

Al fin, luego de otro largo descenso por un abismo, Envy se detuvo. Mantuvo la mano alrededor de la de ella en un agarre inflexible.

—Golath. —Envy había hablado en voz baja, pero sus palabras retumbaron en la oscuridad.

El corazón volvió a acelerársele cuando la criatura apareció en las sombras y los miró con curiosidad.

Camilla sintió tanto que no podía desviar la mirada como que nunca quería volver a verlo. Allí, donde había elegido vivir, ya no era casi incorpóreo. Era de carne y hueso, sus ojos de cabra emitían un enfermizo brillo amarillo en la oscuridad.

Camilla no pudo distinguir mucho más que sus cuernos, y eso fue solo gracias a la luz que desprendían sus ojos.



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