El huésped misterioso by Nita Prose

El huésped misterioso by Nita Prose

autor:Nita Prose [Prose, Nita]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2023-11-28T00:00:00+00:00


CAPÍTULO 14

No he dormido bien. He estado dando vueltas toda la noche. Alargué el brazo hacia Juan Manuel, pero no lo encontré, no estaba, solo había un espacio vacío en la cama. Pensé en llamarlo en mitad de la noche, contarle todo lo que ha ocurrido en los últimos dos días, pero desde tan lejos no puede hacer nada para ayudarme. ¿Y qué iba a decirle?: «Juan, se me olvidó contarte que hace dos días un hombre murió de repente en el salón de té. Piensan que su muerte no es accidental y es posible que el asesino ande suelto por nuestro hotel. Ah, y algo más, ¿sabes nuestro viejo y buen amigo, el señor Preston? Es un ladrón. Y empiezo a preguntarme si no será algo peor».

No me extraña que no haya pegado ojo.

Soy incapaz de alejar estos absurdos pensamientos de mi mente. ¿Y si el señor Preston, mi querido amigo y compañero de trabajo, un hombre al que he considerado siempre la personificación de la bondad, es un ladrón? Y si es capaz de robar, ¿qué más podría hacer?

«Es absurdo. Ridículo. —Oigo que me regaña mentalmente Gran⁠—. Solo los tontos sacan conclusiones precipitadas».

Tiene razón. Pero pese a ello, lo que vi en la tienda de empeños es innegable: al señor Preston vendiendo una rarísima primera edición de La camarera de la mansión, de J. D. Grimthorpe, el día después de la muerte de su autor y de que el valor de dicho libro se disparara. ¿Y si al señor Grimthorpe lo mataron por pura y simple avaricia? ¿Y si el señor Preston ha tenido algo que ver? Esa es la cuestión improbable e inconcebible que me carcome.

Me sacudo las sábanas, meto los pies calentitos en las zapatillas y me dirijo a grandes zancadas hacia la cocina. Son las cinco de la madrugada, demasiado pronto para levantarse, pero soy incapaz de quedarme tumbada con los ojos abiertos. Cojo un cubo de debajo del fregadero y lo lleno con agua. Rebusco en el cajón un trapo limpio y, acto seguido, me dirijo hacia la sala de estar y dejo los bártulos junto a la vitrina de curiosidades de Gran.

Enciendo la tele para distraerme, pero como era de esperar, el canal de noticias está reproduciendo de nuevo la conferencia de prensa de la detective Stark de ayer, en la que anunció que la muerte del señor Grimthorpe había sido un asesinato. Los periodistas, que acribillan a Stark con sus preguntas, captan mi atención.

—Detective, ¿qué pistas tienen?

—Por el momento, todas las vías de investigación están abiertas —⁠responde Stark.

—Detective, ¿el asesino es un huésped o un empleado del hotel?

—Si lo supiera, ¿cree que estaría aquí? —⁠contesta.

—Detective, ha mencionado que lo envenenaron con anticongelante en el té. ¿Sabe cómo pudo llegar hasta allí?

—Estamos trabajando en ello —⁠dice⁠—. No pasaremos por alto ningún indicio.

—Detective, ¿le gustaría decirle algo al asesino?

Stark hace una pausa. A continuación, clava sus ojos en la cámara y es como si me estuviera mirando directamente a mí.

—Puedes ocultar la verdad durante un tiempo, pero no permanecerá enterrada para siempre.



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