El cementerio de Venecia by Matteo Strukul

El cementerio de Venecia by Matteo Strukul

autor:Matteo Strukul [Strukul, Matteo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2022-05-02T00:00:00+00:00


28

Obsesión

Dibujaba con furia. Como si en cualquier momento el papel pudiera desaparecer, la tinta secarse o la punta de la pluma romperse. Tenía que darse prisa, aunque no sabía por qué. Le goteaba el sudor a pesar de que la habitación estaba inmersa en la escarcha, esa que no parecía querer irse de Venecia nunca jamás.

El lápiz trazaba marcas; la visión, aunque nítida, captada tantas veces con la cámara óptica desde todos los ángulos posibles, no parecía satisfacerle; su idea de una vista evocadora, que reflejara su estado de ánimo, distorsionaba espacios y proporciones que no eran perceptibles para los demás, pero sí para él. Era como si en aquel maldito dibujo no pudiera encontrar el punto de enfoque, el centro, el origen de la perspectiva. Tenía la impresión de que las líneas eran materia viva y no permanecían en el papel como él las había dibujado y por eso las repasaba una y otra vez, como si tratara desesperadamente de fijarlas de una vez por todas.

De repente, lo invadió la sensación de que las paredes de la habitación se derrumbaban, como si estuvieran hechas de cenizas y, acto seguido, se encontraba frente a la iglesia de San Giacomo, en el centro de la plaza, empeñado en dibujar el espacio circundante.

Vio la Ruga dei Oresi a su derecha, las tiendas cerradas, los arcos de la logia del Palazzo dei Dieci Savi vacíos como los ojos de los muertos. Frente a él estaban las Fábricas Viejas. La plaza, sin embargo, al igual que unos días antes, se encontraba desierta, aunque era verdad que aún no había amanecido. Como si el mercado hubiera desaparecido con todos los puestos que en ese mismo momento estaba esbozando. Esa desconexión total entre lo que dibujaba en el papel y la realidad que veía lo dejaba hundido y tenía la sensación de que, marca tras marca, el uso de la pluma, la tinta parda y la acuarela gris le habían vaciado de energía. Y se daba cuenta en ese momento por vez primera.

Y finalmente, vio lo que nunca pensó que volvería a ver. Bajo las columnas de la iglesia de San Giacomo, el cuerpo torturado de la chica asesinada. Estaba exactamente como él la recordaba: apoyada contra la fachada de la iglesia. Sentada. El elegante vestido, el largo cabello rubio cayendo sobre sus hombros. Los ojos azules pero vacíos, literalmente sin vida, como si hubieran sido moldeados en cristal, y sin embargo parecían seguirlo cuando Antonio desplazaba la mirada, como si pertenecieran a una criatura que, aun muerta, no se rendiría a la inmovilidad del fin. Aquel hecho le produjo escalofríos. Los ojos vidriosos lo seguían a todas partes. Ojos vidriosos que lo perseguían, sin dejarle escapatoria. Ojos vidriosos que se encadenaban a los suyos.

El cuello blanco como la nieve de la mujer estaba salpicado de sangre seca, casi negra. Sus manos y muñecas estaban manchadas con gotas del color del hierro. Los pechos estaban desgarrados y lo que quedaba era indescriptible, y aunque Antonio trató, como un cobarde, de bajar su mirada, no pudo.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.