El antisemitismo explicado a los jóvenes by Michel Wieviorka

autor:Michel Wieviorka [Wieviorka, Michel]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2014-01-01T00:00:00+00:00

Quinto encuentro

El Estado de Israel,

los judíos y los antisemitas

—¿La creación del Estado de Israel fue la respuesta al antisemitismo? ¿Fue una respuesta satisfactoria?

—El 14 de mayo de 1948, tras una votación de la ONU y en el preciso momento en que expira el mandato británico sobre Palestina, se proclama la independencia del Estado de Israel. Tal es el resultado de un proceso iniciado a finales del siglo anterior por el movimiento sionista. Ese nacimiento se da en un contexto de violencia: los Estados árabes limítrofes no aceptan esa nueva realidad y enseguida estalla la guerra. Cientos de miles de palestinos se ven obligados a exiliarse, y algunos judíos de Europa, y también de los países del mundo árabe y musulmán (de donde ellos también muchas veces se ven obligados a exiliarse con la declaración de las independencias), van a poblar el nuevo Estado.

Pero otros tantos optan por seguir viviendo en la diáspora. E incluso a veces muestran una gran reticencia frente a la existencia de un Estado judío, o directamente son antisionistas.

—¿Quién apoya esa creación? ¿Y quién es hostil a ella?

—Al término de la Segunda Guerra Mundial, Stalin respaldó la creación del Estado de Israel. Pero muy rápido se vuelve hostil a él, y en los países comunistas, a través de la propaganda oficial, el antisemitismo se encarga de atacarlo de manera recurrente. Se acusa a los judíos de ver a Israel como su «verdadera patria». Entonces, los partidos comunistas de todo el mundo siguen a Moscú y también ellos se vuelven hostiles al Estado de Israel a partir de principios de los años cincuenta.

En cambio, en la mayor parte del mundo occidental, la imagen de Israel es muy positiva hasta principios de la década de 1980, y los judíos de la diáspora se benefician de ello. La Guerra de los Seis Días entre ese país y sus vecinos árabes, en 1967, revela y refuerza la simpatía de la que goza Israel fuera del mundo árabe y sus aliados soviéticos: es David, el pequeño, que al término de una guerra relámpago triunfa contra Goliat, el gigante, el enemigo árabe.

Israel también es el país cuyos servicios secretos son capaces de secuestrar y exfiltrar en 1960 a uno de los grandes responsables de la «Solución Final», Adolf Eichmann, que se escondía en Argentina, para ser juzgado en Jerusalén, en 1961. Su juicio atrae la atención del mundo entero y contribuye a imprimir en la conciencia universal el genocidio de los judíos.

En 1973, la guerra de Yom Kipur, el nuevo conflicto bélico que opone a Israel con sus vecinos árabes, si bien no suscita el mismo ímpetu de simpatía que la de los Seis Días, no modifica sustancialmente la imagen que se tiene de ese país. La crisis del petróleo, fruto de la decisión de los países árabes productores de crudo de aumentar los precios para ejercer presión sobre Occidente, más bien despierta o refuerza un sentimiento antiárabe.

Pero la creación de Israel se hizo en detrimento de los palestinos, y muchos de ellos terminan viviendo en campos de refugiados miserables, especialmente en Jordania y Líbano.

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