El anillo del general by Benjamín Prado

autor:Benjamín Prado [Prado, Benjamín]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2024-05-16T00:00:00+00:00

Capítulo trece

«Si no mirásemos otra cosa que el camino, pronto llegaríamos», dice Santa Teresa de Jesús. Analiza esa sentencia, di a cuál de sus libros pertenece y en qué época literaria se la puede enmarcar y sitúala en el contexto filosófico, histórico, religioso y biográfico de su autora.

Me acordé de esa pregunta que les suelo poner a mis alumnos en sus exámenes sobre el Siglo de Oro y me apliqué el cuento: ahora que había encontrado por dónde ir en mi investigación, no debía distraerme con nada que no fuera la búsqueda de los registros que llevaba El electricista sobre los detenidos en la DGS y, más en concreto, localizar las entradas referidas a la familia Murgades y cualquier referencia que pudiera existir a su hotel de Torremolinos. Ese era mi objetivo inmediato y el resto, las otras historias que, si soy capaz de hacerlas convivir, acabarán por formar parte de esta novela cuando la escriba, podía esperar. Cada cosa a su tiempo y, mientras llega, a guardar la calma, como también nos aconsejó nuestra poeta: «Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, / Dios no se muda y la paciencia todo lo alcanza».

En cualquier caso, de momento ya habíamos logrado con Muñecas Quintana más de lo que se consiguió nunca con Perón, de quien nadie ha encontrado, por ahora, la cuenta o caja de seguridad cuya clave, supuestamente, estaba grabada en el anillo con el que fue enterrado. Los requerimientos judiciales que se habían hecho por conducto diplomático, a través de la embajada argentina en Ginebra, para recabar información sobre ese particular obtuvieron como respuesta que no había «ningún producto financiero en los bancos del país registrado a su nombre»; lo cual era como no decir nada: casi nadie usa su verdadera identidad en los paraísos fiscales.

El general siempre negó haberse enriquecido con su paso por la Casa Rosada, lo hizo insistentemente de viva voz, en declaraciones institucionales y entrevistas, e incluso por escrito en algunos textos autobiográficos: «Mi exilio, a diferencia de lo que se quiere hacer creer en Buenos Aires, no es dorado ni cómodo, jamás fui a Suiza, donde inventaron que prácticamente no había en toda la Confederación Helvética máquina registradora que no trabajase en el recuento, moneda a moneda, de mi fabulosa montaña de dinero. También se preguntan cómo pude adquirir una propiedad en Madrid. La zona de Puerta de Hierro es aristocrática, no lo voy a negar. Pero mi Quinta 17 de Octubre no tiene nada que ver con todo esto: es más modesta que la que poseen muchos industriales argentinos de medio pelo en Florida, Martínez o La Lucila».

Pero hay muchas lagunas en esa explicación, que no aclara el origen de los fondos con los que se mantenían él y María Estela o Isabelita en España, a todas luces holgadamente, con chófer, ama de llaves y servicio doméstico. Y tampoco pueden olvidarse determinados episodios de su pasado que debilitan la leyenda de sus supuestos apuros económicos y le van restando credibilidad,

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