Como alma jamás by Rossana Soldano

autor:Rossana Soldano [Soldano, Rossana]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Young Adult Fiction, Romance, LGBTQ, Historical
editor: MOLINO
publicado: 2024-03-20T23:00:00+00:00

SAFFRON WALDEN, ESSEX,

29 DE AGOSTO DE 1938

Me había visto obligado a hacer un paréntesis en el asedio a Will para responder a la invitación de Reggie. El 29 de agosto cumpliría veintiún años y, como era tradición en la familia de Hyde, nada que tuviese que ver con ellos podía pasar desapercibido. Dada mi situación, mantenerme al margen de ciertos eventos habría sido una sabia decisión, especialmente, teniendo en cuenta que Louise estaba con su familia en Sussex y no me podía acompañar, pero Reggie era amigo mío desde la infancia y mi ausencia habría causado aún más revuelo. Ni que decir tiene que en Saffron Walden, la residencia de los Hyde en Essex, no habían escatimado en gastos. Allí estaban algunos de nuestros compañeros de Pembroke y varios colegas de Cambridge, además, por supuesto, de toda la esnob e insoportable familia de Reggie.

Serían menos de dos días de tortura y después volvería a Londres con Will. Con la habitual notita por debajo de la puerta le había avisado de que me iría varios días, ya que no quería que pensase que me había rendido. Así que, cuando entré allí e identifiqué algunos de sus efectos personales sobre una de las camas, me puse nervioso al hacer la composición de lugar: Will estaba allí porque ningún joven aristócrata habría permitido de ninguna forma compartir conmigo la habitación. El primero que se me acercase sufriría la vergüenza de ser señalado como mi posible amante. Ningún ser humano de sexo masculino con dos dedos de frente se acercaría a esa estancia. Menos uno. El único al que nunca habría querido allí después de todo lo que hice por protegerlo, por alejar su nombre de aquella repugnancia. Y, sin embargo, volvíamos a estar en el punto de partida.

Me giré hacia Reggie.

—¿Por qué comparto la habitación con Will?

—¿Cómo?

—¿Por qué Will está conmigo en esta habitación?

—Las habitaciones individuales están todas ocupadas y Will fue durante todo el año pasado tu compañero en Pembroke, así que pensé…

—¿Que sería el mal menor?

—Pero ¿qué dices, Lewis? Déjalo ya.

—También Shay ha sido mi compañero.

—Lo sé, y se lo pedí a él. Pero entonces Will se ofreció y…

—Y Shay dio un suspiro de alivio —le corté.

—No, eso no es cierto.

En ese momento Will apareció por la puerta y zanjó la discusión.

—Reggie, no tengo ningún problema en compartir habitación con Lewis. No te agobies.

—De acuerdo —le contestó—. Pues vamos. Nos esperan en el jardín para tomar el té.

No nos dio tiempo ni de intercambiar unas palabras. Nos cruzamos con Shay por el pasillo y bajamos todos juntos. Estaba claro que habían hablado entre ellos y que su actitud solo tenía una finalidad: protegerme. Incluso Reggie, que por su educación estaba menos habituado a ciertas demostraciones de afecto, aquel día parecía no querer parar de tocarme. A Breen parecía que lo habían invitado a una boda: en cuanto alguien osaba lanzarme una mirada ambigua, era respondido con una expresión lánguida, con besos lanzados al aire o guiños amistosos. Fue una sorpresa ver

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