Benito Juárez by Patricia Galeana

autor:Patricia Galeana [Galeana, Patricia]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Biografía
editor: ePubLibre
publicado: 2022-08-01T00:00:00+00:00

Prácticamente todos los pronósticos de Iglesias se cumplieron. Prusia se convirtió en una amenaza para la hegemonía francesa en Europa y creció cada vez más la oposición a la aventura mexicana que había costado muchos recursos sin dar beneficios. Napoleón no murió en el trono porque caería su imperio. Cuando terminó su guerra civil, Estados Unidos se manifestó en contra de la intervención europea en América. La resistencia republicana impidió que los franceses pudieran controlar el país, y por ende establecer al imperio subsidiario de Francia. Así que lo escrito por Iglesias resultó premonitorio.

Antes de salir de Europa, Maximiliano visitó al papa. Napoleón le había aconsejado que no fuera, porque lo iba a querer comprometer. Sin embargo, enterado el archiduque de las desavenencias entre Forey, jefe del ejército francés, y la Iglesia, decidió ir para tranquilizar las cosas. No sabemos exactamente lo que trataron en la reunión; sin embargo, en el sermón de la misa, Pío IX le recordó la obediencia que los monarcas católicos debían a la Iglesia. A juzgar por sus escritos y acciones, Maximiliano no se comprometió explícitamente a nada y quedaría en espera del primer nuncio pontificio que la Santa Sede enviaría a México. Cabe recordar que a partir del reconocimiento de su independencia en 1836, el pontificado había enviado delegados apostólicos, es decir, representantes religiosos para tratar con las autoridades eclesiásticas, no con el Estado. El nuncio tiene estatus diplomático.

Pelagio Antonio Labastida y Dávalos había sido designado arzobispo, y logró estar cerca de Pío IX. Muerto Alamán, Labastida se convirtió en la cabeza del grupo conservador clerical monárquico. Estuvo en Miramar con Maximiliano para expresarle lo que la Iglesia esperaba de su gobierno. El príncipe austríaco hizo lo mismo que con el papa, simplemente lo escuchó y Labastida dio por sentado que haría lo que la Iglesia deseaba.

En su viaje a México, Maximiliano elaboró el protocolo de su Corte, hecho que fue muy criticado, sin entender la necesidad de vestir el poder. Lo más significativo que hizo fue enviar una carta al presidente Juárez para invitarlo a gobernar juntos, le proponía que ocupara nuevamente la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación[103]. Juárez respondió al archiduque con gran dignidad en los siguientes términos:

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