9788498058109 by Josep Gordi Serrat

autor:Josep Gordi Serrat
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2017-01-03T10:26:40+00:00

En segundo lugar, comentaré la simbología de dos árboles cercanos al olivo. Me refiero al laurel y a la palmera. El laurel es símbolo de victoria y de inmortalidad, ya que la corona de laurel es el triunfo sobre la muerte y, a la vez, es símbolo de virtud. También dentro de la cultura grecolatina el laurel era un árbol sagrado que simbolizaba la gloria y la sabiduría. La palmera es un árbol muy preciado en el desierto tanto por su sombra como por sus frutos: los dátiles. Según la tradición, cuando la Sagrada Familia huía hacia Egipto y en un momento que María tenía que dar el pecho, pararon al pie de una palmera y esta, para esconderles de los soldados, se agachó para taparles con su copa. Ello provocó que una gota de leche de María cayera sobre una roca y esta se volvió blanca. Esta leyenda está en el origen de la gruta de la leche de Belén y, por este motivo la palmera es símbolo de acogida y hospitalidad. La hoja de palmera que fue usada por los habitantes de Jerusalén para festejar la entrada de Jesús simboliza el triunfo o la victoria sobre el pecado y la muerte. También aparece en otras celebraciones como en el primer libro de los Macabeos (1Mac 13,51):

El día veintitrés del segundo mes del año ciento setenta y uno, hicieron su entrada en ella, con aclamaciones y palmas, al son de las cítaras, platillos y arpas, con himnos y cantos, porque el mayor enemigo había sido vencido y expulsado de Israel.

Según Menghini la palma se convierte en el árbol de la perfección, ya que su fuste es recto, se proyecta hacia el cielo y sus hojas son simétricas. Producto de su morfología la palma también simboliza el nacimiento del sol. Un ejemplo en el que aparecen juntos el olivo y la palmera nos aparecen en el segundo libro de los Macabeos (2Mac 14,4) cuando Alcimo se fue al encuentro del rey Demetrio:

Fue al encuentro de Demetrio, hacia el año ciento cincuenta y uno, y le ofreció una corona de oro, una palma y además los ramos rituales de olivo del templo.

La palmera se usa como símbolo de los mártires y de inmortalidad y, a la vez, evoca al paraíso perdido.

En tercer lugar, hablaremos de la encina que, como el roble, es símbolo de firmeza y fidelidad. Conviene recordar que la encina es un árbol mediterráneo de crecimiento lento que cuando se desarrolla aislado genera una gran copa y, consiguientemente, una espléndida sombra donde descansar en el caluroso verano. Por todo esto es un árbol bien arraigado que puede resistir fuertes tormentas y que puede vivir siglos. Por estos motivos nos aparecen en los textos bíblicos muchos pasajes en que la encina, o mejor dicho su tronco y la sombra de su copa, se ofrecen como un lugar de descanso o de encuentro: 'Vino, entonces, el ángel del Señor y se sentó bajo la encina

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