9788468778280 hqn94 by Sherryl Woods

autor:Sherryl Woods
La lengua: spa
Format: epub
editor: Harlequin Ibérica, S.A.
publicado: 2015-12-04T00:00:00+00:00

Ethan estaba terminando de anotar pacientemente las observaciones del día cuando Cass entró corriendo en su despacho, con una sonrisa de oreja a oreja. Aquella sonrisa era tan rara en ella que no tuvo corazón para recordarle que se suponía que necesitaba un permiso para entrar en aquella parte de la clínica.

–Antes de que me grites por haber entrado así, que sepas que Debra me dijo que no pasaba nada. Me encargó además que te avisara de que se marchaba.

De manera que era su recepcionista la que necesitaba que le recordaran el protocolo de la clínica. No era de sorprender. A Debra le gustaban ese tipo de provocaciones ocasionales, sobre todo cuando estaba molesta con él, como aparentemente debía de ser el caso. No tenía la menor idea del motivo. Si no hubiera sido por lo general tan eficaz en el trabajo, hacía tiempo que habría prescindido de ella. Sorprendentemente, Greg no parecía tener los mismos problemas.

Lo de Debra, sin embargo, tendría que esperar hasta el día siguiente. Se concentró en Cass.

–Pareces contenta –observó–. ¿Qué pasa? No me digas que Sue Ellen ha abandonado la obra.

–No –dijo Cass con una nota de disgusto en la voz–. Hoy se ha olvidado de casi todas las frases del guion, pero ni siquiera así tiene el suficiente sentido común como para abandonar. La obra va a ser un desastre.

–¿Es eso lo que te alegra tanto? –preguntó, preocupado. Regodearse de los fracasos de los demás no era precisamente un rasgo muy atractivo en una persona. Y, ciertamente no era de los que pretendía estimular en Cass.

–No. Hoy tuvimos una conferenciante, una actriz de verdad que ha actuado en anuncios y programas de televisión y hasta en Broadway. ¡Ha sido fantástico!

Ethan no tenía la menor duda sobre la identidad de la actriz, pero preguntó de todas formas:

–¿Alguien que yo conozco?

–Quizá. Es de aquí, o solía pasar los veranos aquí o algo parecido. Samantha Castle. Su abuela es propietaria de un restaurante al otro lado de la playa, en Castle-by-the–Sea. Es más joven que tú, así que es probable que no la conozcas.

–La conozco –dijo Ethan–. Seré padrino en la boda de su hermana el sábado. Ella es la dama de honor.

Cass abrió mucho los ojos.

–¡Guau! ¡Qué chulo! ¿Podrías presentármela?

Ethan la miró confuso.

–Pero si acabas de conocerla…

–Eso fue en el instituto. Éramos un montón de alumnos. Puede que ni siquiera se acuerde de mí.

–Lo dudo –dijo Ethan. Cass no era una muchacha que pasara desapercibida, y no solamente por su prótesis–. ¿Por qué quieres pasar más tiempo con ella?

–Porque es una actriz supertrabajadora y superhonesta –respondió, impaciente–. Quizá pueda darme consejos o algo así –su expresión se llenó de preocupación cuando bajó la mirada a su brazo–. O quizá sea como la señora Gentry y me diga que me olvide de convertirme en actriz. Supongo que si me lo dijera ella, tendría que hacerle caso. Ella se mueve todo el tiempo con gente que hace castings.

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