1937: el crimen fue en Guernica by Ignacio Fontes de Garnica

autor:Ignacio Fontes de Garnica
La lengua: spa
Format: epub
editor: Ediciones Akal, S.A.
publicado: 2014-09-11T00:00:00+00:00

Descalificaciones exclusivamente para consumo de la roma propaganda doméstica, pues tanto el encargo como la factura y el pago del cuadro –ninguno más que el coste de los materiales, igual que el resto de los que participaron con sus obras en el pabellón español 129, y, además, donó mil ejemplares de su doble aguafuerte Sueño y mentira de Franco para ser vendidos en la exposición y obtener fondos para la República– están documentados con exactitud, no sólo por los trabajos previos del pintor –los primeros bocetos y dibujos datan del 1 de mayo de 1937 y el boceto sobre el lienzo, del día 11 – sino por el seguimiento fotográfico del trabajo que hizo la fotógrafa Dora Maar, pareja de Picasso.

El 28 de noviembre de 1966, tras un homenaje a Pablo Picasso en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid, la mesa de críticos de arte y artistas –el decano José Camón Aznar, Juan Antonio Gaya Nuño, Enrique Azcoaga, José María Moreno Galván y los pintores Juan Genovés, Salvador Victoria, Eusebio Sempere y Lucio Muñoz– sometió a la asamblea de estudiantes, que lo aprobó, el dirigir 'una moción al señor ministro de Educación y Ciencia [Manuel Lora-Tamayo] para que en nombre del Gobierno Español solicite de los Estados Unidos la devolución del cuadro Guernica que se encuentra actualmente en el Museo de Arte Moderno de Nueva York' 130. Una iniciativa a la que el franquismo hizo oídos sordos, como era lógico, aunque ahora se pretenda que, 'a finales de los 60, Franco decidió que esta obra tan incómoda debía volver a casa' 131. En absoluto. Además de no querer ver ni en pintura, en este caso, el símbolo universal contra la violencia bélica representado en el martirio de Guernica, para amplias capas del franquismo y de la sociedad española de una época aún de cerrazón el Picasso cubista se había olvidado de pintar con su militancia comunista y había pocos niños en España que, al decir de sus progenitores, no pintaran mejor que el genio malagueño…

Dos años después, en plena efervescencia estudiantil del 68, un grupo de estudiantes de la Universidad Complutense retomó la iniciativa universitaria. Editaban una revista político-cultural, Abraxas, y a través de ella agitaron la petición de retorno del mítico lienzo en ámbitos universitarios –que sembraron de reproducciones del cuadro de venta prohibida en España– y en medios artísticos, políticos e incluso en la embajada de los Estados Unidos en Madrid. Del supuesto interés del franquismo por la recuperación del Guernica da idea su actuación, poniendo trabas administrativas insalvables a la continuación de la minúscula revista y requisando y destruyendo los numerosos pliegos de firmas que se habían distribuido en muchos puntos de Madrid para recoger firmas en apoyo de la reclamación. Y también del desinterés de la oposición antifranquista, que, como parece natural, no estaba dispuesta a colaborar en una operación que permitiera que el denunciado se hiciera con el pliego de la denuncia 132.

No era sino la cándida iniciativa de

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